El pez ciego mexicano que ayuda a entender el autismo, la obesidad y el insomnio

Un pequeño pez originario de México, el Astyanax mexicanus, está revolucionando la ciencia médica sin siquiera abrir los ojos. Literal. Esta especie cuenta con dos versiones: una que vive en ríos, con sus ojitos bien puestos, y otra que habita en cuevas completamente oscuras, sin pigmento ni visión, pero con habilidades genéticas dignas de superhéroe subacuático.

Las poblaciones cavernícolas surgieron hace 1.5 millones de años, cuando algunas inundaciones atraparon peces en cuevas. Desde entonces, evolucionaron para sobrevivir sin luz ni comida, adaptando su cuerpo y mente de maneras tan insólitas que hoy son objeto de estudio por investigadores que buscan entender mejor enfermedades humanas como la obesidad, los trastornos del sueño, el autismo y hasta la regeneración cardíaca.

Un pez, mil respuestas

Estos peces de cueva pueden pasar largos periodos sin comer y mantienen niveles de glucosa altísimos sin desarrollar diabetes. ¿La clave? Una mutación en el receptor de insulina que en humanos sería peligrosa, pero en estos peces no provoca daño alguno. Además, viven lo mismo que sus primos de superficie, lo que ha hecho que los científicos se pregunten si aquí hay una pista para entender y tratar la obesidad o la longevidad.

Pero no todo es metabolismo. También tienen una capacidad rara entre los vertebrados: pueden regenerar el corazón después de un daño. Esto llamó la atención de la doctora Mathilda Mommersteeg, quien encontró un gen crucial llamado Lrrc10 en peces del sistema de cuevas de Pachón, Tamaulipas. La idea es que estudiar estos mecanismos sirva algún día para sanar corazones humanos tras un infarto.

Y si de dormir se trata, el Astyanax también tiene algo que decir. Los peces ciegos duermen menos que sus parientes, pero eso no parece afectarles en lo más mínimo. En pruebas con fármacos como Prozac y clozapina, estos pececillos mostraron respuestas similares a las de pacientes humanos. Así que los investigadores los están usando para explorar nuevas formas de tratar el insomnio.

¿Autismo? ¿Esquizofrenia? También aquí nadan respuestas

Los peces de cueva no socializan, no nadan en grupo y tienen comportamientos repetitivos, hiperactividad e insomnio. ¿Te suena? A los científicos también. Sin necesidad de manipulación genética, ya presentan características parecidas a síntomas del autismo y la esquizofrenia.

El biólogo Yoshiyuki Yoshizawa descubrió que estos peces comparten el 90% de los genes asociados a enfermedades psiquiátricas en humanos, y que muchos de esos genes actúan distinto en ellos que en los peces de superficie. Al darles medicamentos, sus niveles de ansiedad bajaron, mejoraron su sociabilidad y mostraron respuestas similares a pacientes humanos. Sin necesidad de terapia.

Lo que comenzó como un pez sin ojos, perdido en una cueva de Tamaulipas, hoy podría ser la clave para entendernos mejor como especie. El Astyanax mexicanus demuestra que, a veces, los secretos del cuerpo y la mente humana están en los lugares más oscuros… y más inesperados.

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