Trabajar 4 a la semana: ¿Realmente funciona?

Desde 2015, Islandia ha experimentado con una jornada laboral más corta. Los resultados han sido positivos: más productividad, menos estrés y un mejor equilibrio entre vida y trabajo. Hoy, el 90% de los islandeses tiene acceso a este modelo.

Islandia es uno de los primeros países en poner a prueba una jornada laboral reducida con respaldo estatal. Entre 2015 y 2019, alrededor de 2.500 trabajadores participaron en ensayos que disminuyeron la semana laboral a cuatro días o redujeron cinco horas semanales, sin recortes salariales ni de beneficios.

Según un informe conjunto de Autonomy y la Asociación por la Democracia Sostenible de Islandia, el experimento trajo mejoras claras: mayor productividad, niveles más bajos de estrés y una mejor relación entre la vida personal y profesional. Estos hallazgos impulsaron al gobierno y a los sindicatos a establecer acuerdos laborales que hoy permiten que casi el 90% de la población disfrute de esta jornada reducida o tenga derecho a solicitarla.

Sin embargo, no todo el panorama es ideal. El estudio también revela que algunas empresas privadas aún no han adoptado la medida como deberían, y que sectores como la medicina enfrentan dificultades para mantener la eficiencia sin extender los horarios.

Uno de los factores clave para el éxito fue el acompañamiento digital. La modernización de procesos y el impulso al trabajo remoto ayudaron a mantener el rendimiento en niveles altos, demostrando que la flexibilidad laboral puede ser compatible con la eficiencia.

La experiencia islandesa se ha convertido en una referencia global para repensar la estructura del tiempo laboral, en un momento en que muchos países debaten cómo equilibrar productividad y calidad de vida en la era postpandemia.

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