Trump impone arancel del 100% al cine extranjero y ordena reabrir Alcatraz
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera del país. La medida, según explicó, busca frenar la supuesta decadencia de la industria cinematográfica estadounidense, la cual —afirma— está siendo “devastada” por los incentivos que ofrecen otros gobiernos para atraer producciones fílmicas.
Trump declaró que este nuevo impuesto es una respuesta directa al creciente número de producciones de Hollywood que deciden filmar en el extranjero. “La industria está muriendo rápidamente porque otros países están ofreciendo todo tipo de beneficios para atraer a nuestros cineastas y estudios”, dijo el mandatario. Aseguró además que esta situación representa una amenaza para la seguridad nacional y que no permitirá que la industria cinematográfica estadounidense sea desmantelada por intereses foráneos.
Aunque no ofreció detalles sobre cómo se aplicará esta medida ni si incluirá a las series de televisión, el anuncio ya ha generado reacciones mixtas dentro de la industria. Algunos expertos advierten que podría dificultar la colaboración internacional en proyectos y limitar el acceso del cine estadounidense a mercados clave. La decisión también podría complicar las relaciones comerciales con países como China, que recientemente redujo la cantidad de películas de Hollywood permitidas en sus salas como represalia por otros aranceles estadounidenses.
Reapertura de Alcatraz como prisión para criminales peligrosos
En otro anuncio controvertido, Trump informó que ha ordenado reabrir y ampliar la prisión de Alcatraz, cerrada desde 1963. Situada frente a la costa de San Francisco, esta cárcel de máxima seguridad se convertirá, según el mandatario, en el nuevo centro de reclusión para los delincuentes “más violentos” del país.
El presidente afirmó que ya instruyó al Departamento de Justicia, la Oficina Federal de Prisiones, el Departamento de Seguridad Interna y el FBI para trabajar en la reactivación del penal. “No toleraremos más a criminales reincidentes que siembran caos y violencia en nuestras calles”, declaró. Aunque no ofreció una fecha específica, adelantó que la reapertura buscará enviar un mensaje de “mano dura” contra la delincuencia.
Trump también sugirió que inmigrantes indocumentados con antecedentes penales podrían ser enviados a esta prisión, una propuesta que ha generado fuertes críticas. Organizaciones defensoras de los derechos humanos han advertido que este tipo de políticas podrían ser inconstitucionales, especialmente tras casos similares como el traslado masivo de migrantes a cárceles de alta seguridad en otros países.
Alcatraz operó como prisión federal de 1934 a 1963 y es famosa por un escape ocurrido en 1962, en el que tres internos desaparecieron, inspirando numerosas películas. Desde su cierre, se convirtió en una atracción turística, pero ahora el gobierno de Trump busca darle un nuevo uso como símbolo de su política de “tolerancia cero” frente al crimen.
Con estas medidas, Trump refuerza su agenda nacionalista en temas de comercio, seguridad y migración, en un contexto de tensas relaciones internacionales y de cara a la recta final de su mandato.