Pavel Durov: el creador de Telegram, entre la genialidad digital y la polémica
Pavel Durov, el multimillonario ruso conocido por fundar la red social VKontakte y la aplicación de mensajería Telegram, es una figura central en el mundo tecnológico, tanto por sus innovaciones como por las controversias que lo rodean. A sus 40 años, ha impulsado dos plataformas globales y enfrenta cargos penales que podrían marcar un antes y un después en la responsabilidad legal de los ejecutivos tecnológicos.
Nacido en San Petersburgo (entonces Leningrado) en 1984, Durov creció entre Rusia e Italia. Su formación matemática, compartida con su hermano Nikolai, lo llevó a destacarse desde joven en competencias internacionales. Durante su infancia en Turín, una computadora IBM que recibió su familia marcó el inicio de su camino autodidacta en la programación.
De VK a Telegram: la búsqueda de libertad digital
En 2006, mientras estudiaba en la Universidad Estatal de San Petersburgo, Durov creó VKontakte (VK), una red social inspirada en Facebook. En poco tiempo, se convirtió en la plataforma más popular de Rusia. Sin embargo, en 2014 fue despedido por negarse a colaborar con el gobierno ruso en la censura de contenidos políticos. Ese mismo mes abandonó Rusia y no ha regresado desde entonces.
A partir de esa experiencia, Durov decidió lanzar Telegram en 2013, un servicio de mensajería centrado en la privacidad y el cifrado. Telegram fue concebida como una alternativa segura a WhatsApp y otras apps que, según Durov, ofrecían experiencias mediocres. Hoy cuenta con más de mil millones de usuarios y, por primera vez en 2024, registró ganancias: 540 millones de dólares sobre ingresos de 1.400 millones.
La compañía tiene sede en Dubái y distribuye su infraestructura técnica en varios países para evitar el control de gobiernos. Además, ha comenzado a integrarse con desarrollos de inteligencia artificial como Grok, el chatbot creado por la empresa xAI de Elon Musk.
Una vida fuera de lo convencional
Más allá de la tecnología, Durov es una figura singular. Afirmó que es padre biológico de más de 100 hijos, fruto de donaciones de esperma que ha realizado durante más de 15 años en al menos 12 países. Según explicó, fue su forma de contribuir al crecimiento poblacional mundial, en línea con su postura pronatalista.
También ha sido objeto de comparación con Elon Musk por su defensa de la libertad de expresión y su estilo de vida errante. Durante años ha trabajado con un equipo reducido de programadores que se desplazan por distintos países, en lo que él considera una forma de evitar la injerencia política y garantizar la autonomía digital.
Cargos penales y futuro incierto
En 2024, Durov fue detenido brevemente en Francia, acusado de facilitar actividades ilegales a través de Telegram, como narcotráfico, fraudes y distribución de material de abuso sexual infantil. Aunque se le permitió regresar temporalmente a Dubái, aún enfrenta un proceso judicial que podría derivar en una condena de hasta 10 años de prisión.
Su situación ha abierto un debate global sobre la responsabilidad de los líderes tecnológicos ante los usos ilegales de sus plataformas. Casos similares han surgido en años recientes, como el del fundador de Binance, Changpeng Zhao, y el creador de Silk Road, Ross Ulbricht, este último recientemente indultado por el expresidente Donald Trump tras cumplir 12 años de una condena a cadena perpetua.
La historia de Pavel Durov representa una compleja mezcla de innovación radical, visión libertaria y dilemas éticos sobre el poder de las plataformas digitales. Mientras Telegram sigue creciendo, su futuro personal y empresarial sigue marcado por interrogantes que reflejan los desafíos de un mundo digital sin fronteras.