Parapentista sobrevive tras ser arrastrado a casi 9 mil metros sin oxígeno
Un hombre chino de 55 años logró sobrevivir a una experiencia extrema mientras practicaba parapente en las montañas Qilian, en la provincia de Gansu. Durante una prueba de rutina, fue elevado inesperadamente por una corriente ascendente hasta alcanzar los 8,598 metros de altitud, todo sin equipo de oxígeno.
Peng Yujiang, parapentista con licencia de nivel B —segundo en una escala de cinco en China—, estaba evaluando un arnés de segunda mano cuando el viento cambió bruscamente. Aunque intentó descender de inmediato, fue arrastrado por una corriente que lo empujó dentro de una formación de nubes cumulonimbus, un entorno altamente peligroso por sus temperaturas extremas y la escasa concentración de oxígeno.
Entre el hielo, la desorientación y el miedo
En plena nube, todo a su alrededor se volvió blanco. La visibilidad desapareció y solo su brújula le permitió mantener cierto control. “Pensé que volaba recto, pero en realidad giraba en círculos”, relató. En esas condiciones, con temperaturas cercanas a los -40 °C, se le congelaron las manos y el rostro, y el hielo cubría incluso su equipo. Aun así, pudo comunicarse con sus compañeros por radio y recuperar el control.
El fenómeno que enfrentó se conoce como “succión de nubes”, una corriente convectiva ascendente que puede elevar a los parapentistas a alturas peligrosas. Según los expertos, volar dentro de una nube de este tipo representa un riesgo extremo, no solo por la altitud sino también por la pérdida de orientación y el frío letal.
Cuando finalmente logró salir de la nube, la emoción de haber sobrevivido fue abrumadora. Más tarde, al revisar los datos de su vuelo, descubrió que había llegado a una altitud mucho mayor de la que imaginaba. Sospecha incluso que pudo haber perdido el conocimiento durante el descenso.
A pesar de su experiencia y su licencia, Peng fue suspendido por seis meses debido a que el vuelo se realizó en un área sin autorización previa. La Asociación Provincial de Deportes Aeronáuticos de Gansu consideró el evento como un accidente imprevisto, pero recordó que toda actividad aérea debe cumplir con regulaciones específicas.
Peng, quien lleva más de cuatro años volando, no tiene claro si volverá al parapente pronto. “Todavía me da miedo pensarlo”, confesó. Por ahora, se concentra en recuperarse de una experiencia límite que, por poco, no cuenta.