Netanyahu equipara el “Palestina Libre” con el “Sieg Hiel Hitler”
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha vuelto a encender la polémica al comparar el lema “Palestina Libre” con el saludo nazi “Heil Hitler”, en medio de su reacción al asesinato de dos empleados de la Embajada israelí en Washington. Con sus declaraciones, el líder sionista busca criminalizar cualquier expresión de solidaridad con el pueblo palestino, mientras su gobierno continúa masacrando civiles en Gaza con total impunidad y respaldo occidental.
En un video difundido este martes, Netanyahu aseguró que la pareja asesinada, Yaron Lischinsky y Sarah Milgrim, fue víctima de un ataque motivado exclusivamente por odio a los judíos. Según su versión, el agresor gritó “¡Palestina libre!” al ser detenido por la policía, consigna que el mandatario israelí no dudó en vincular con los ataques del 7 de octubre de 2023, repitiendo su narrativa habitual de que cualquier forma de resistencia palestina equivale a terrorismo.
“Para estos neonazis, ‘Palestina Libre’ es simplemente la versión moderna de ‘Heil Hitler’”, declaró, reforzando su discurso de que quienes se oponen a la ocupación israelí quieren “eliminar al Estado judío” y no simplemente vivir libres de apartheid, bloqueos y bombardeos sistemáticos.
Netanyahu no solo equiparó a Hamás con los nazis, sino que volvió a responsabilizar a la comunidad internacional por mostrar apoyo, aunque sea simbólico, a la causa palestina. Acusó directamente a Francia, Reino Unido y Canadá de “recompensar a los asesinos” por seguir planteando la solución de dos Estados. “Tuvimos un Estado palestino de facto durante 18 años, se llama Gaza. ¿Y qué obtuvimos? ¿Paz? No. Obtuvimos la masacre más brutal de judíos desde el Holocausto”, dijo sin ningún tipo de autocrítica, ignorando que Gaza ha sido durante décadas una prisión a cielo abierto sometida a ocupación, asedio y castigo colectivo.
Estas declaraciones llegan justo después de que los gobiernos de Canadá, Francia y el Reino Unido condenaran la nueva ofensiva israelí en la Franja de Gaza y amenazaran —tímidamente— con imponer sanciones si no se detienen los bombardeos ni se permite el acceso de ayuda humanitaria. No obstante, hasta ahora, el respaldo occidental al régimen de Netanyahu sigue siendo inquebrantable: miles de millones en ayuda militar, veto a resoluciones de la ONU y blindaje diplomático.
Mientras tanto, la tragedia en Gaza alcanza proporciones indescriptibles. Según el último informe del Ministerio de Salud del enclave palestino, desde el inicio de los bombardeos en octubre de 2023 han muerto más de 53,762 palestinos y 122,197 han resultado heridos. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
El intento de Netanyahu por equiparar la defensa de Palestina con el nazismo no es más que un esfuerzo por silenciar voces críticas y deshumanizar a un pueblo que lucha por su derecho a existir. En su retórica, cualquier palestino que se niegue a morir en silencio es automáticamente un terrorista. Y cualquier país que no aplauda la ocupación, es un enemigo del pueblo judío.
Pero cada vez más sectores de la opinión pública internacional comienzan a ver a través del humo y los escombros. Y lo que ven no es la defensa de una democracia en peligro, sino la brutal imposición de un proyecto colonial que ha asesinado, desplazado y oprimido sistemáticamente a millones de personas durante más de 75 años.
Porque decir “Palestina Libre” no es un acto de odio. Es un acto de justicia.