Ser mamá ya no es lo que era: menos hijos, más decisiones

  • La maternidad en México cambia de piel y de planes

Cada 10 de mayo, las florerías no se dan abasto, los mariachis se quedan sin voz y las fondas se llenan. Es Día de las Madres, una fecha tatuada en el corazón de México. Pero más allá del festejo y la nostalgia, hay una transformación silenciosa (pero poderosa) que está redefiniendo qué significa ser madre en este país.

La maternidad ya no es la misma. Y no porque se haya perdido el amor, sino porque se han ganado libertades, elecciones y realidades nuevas. Hoy, ser mamá puede significar muchas cosas: desde criar con pareja o sola, tener hijos biológicos o adoptados, o incluso, no tenerlos y seguir siendo una mujer plena y respetada.

Adiós a la mamá de telenovela

Durante buena parte del siglo XX, el guion era claro: casarse joven, tener varios hijos, quedarse en casa y cuidar de todos. Hoy, ese libreto ha sido editado por muchas mujeres mexicanas que buscan algo más: un título universitario, un empleo digno, estabilidad emocional o simplemente tiempo para sí mismas.

La tasa de natalidad ha bajado como si alguien hubiera pisado el freno. En 1995 había casi 27 nacimientos por cada mil habitantes. En 2022, la cifra cayó a 14.6. Y no es que se hayan acabado los pañales, sino que muchas deciden ser madres a los 30 o más, cuando antes era común hacerlo entre los 20 y 22.

Tener menos hijos no es una moda, es una decisión. Y esa decisión viene acompañada de otras: cómo y con quién formar una familia. Hoy hay madres solteras por elección, parejas del mismo sexo criando hijos, mujeres que optan por tratamientos de fertilidad o que deciden enfocarse en su carrera, su bienestar o su libertad.

Entre perrhijos, oficinas y pañales

En redes sociales surgió hace años una palabra que resume un fenómeno urbano y creciente: perrhijos. Son esos canes que reciben amor, croquetas premium y hasta sesiones de spa como si fueran parte de la realeza doméstica. No es que los perros hayan sustituido a los bebés, pero sí reflejan una tendencia donde la maternidad se reinterpreta.

Y es que con más mujeres participando en el mercado laboral, compaginar trabajo y crianza se vuelve una tarea titánica. Las licencias de maternidad a veces no alcanzan, las guarderías son pocas o inaccesibles, y aunque los papás ya ayudan más, la carga sigue siendo desigual. Pero al menos el debate está sobre la mesa, y eso ya es un cambio.

También hay avances que antes eran impensables. La tecnología médica ha hecho del embarazo algo más seguro y vigilado. Ecografías, monitoreos, pruebas genéticas y consultas digitales hacen que muchas mujeres puedan decidir con mayor información y seguridad.

Y no hay que olvidar la fuerza de las redes: miles de madres encuentran apoyo, consejos y comunidad en internet. Desde grupos de lactancia hasta foros de crianza respetuosa, la maternidad ya no se vive en soledad ni en silencio.

Ser madre, no parecer madre

Hoy, muchas mujeres mexicanas ya no se definen exclusivamente por la maternidad. Eso no quiere decir que la rechacen, sino que la eligen en sus propios términos. De hecho, cada vez más optan por no ser madres y construir otros caminos con la misma dignidad y valor social.

En 2023, México registró más de 1.8 millones de nacimientos, con una tasa de 52.2 por cada mil mujeres en edad fértil. En 2014, esa cifra era de 74.2. En 1997, el promedio era de 2.7 hijos por mujer; en 2023, fue de 1.6.

Esta caída no es solo una cuestión de números: es una señal de que las mujeres mexicanas están tomando decisiones basadas en sus circunstancias, deseos y sueños. Porque ser madre en México ya no es destino obligatorio, es una elección. Y en esa elección también hay amor, coraje y futuro.

Así que este 10 de mayo, celebremos no solo a las mamás de siempre, sino también a todas las mujeres que, con o sin hijos, están redefiniendo lo que significa cuidar, criar, decidir y vivir. Porque en este país, ser mujer —y madre o no— es cada vez más un acto de libertad.

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