Minerales raros en Ucrania: el nuevo eje entre tecnología y geopolítica

Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo que permite la explotación de minerales estratégicos en territorio ucraniano, en medio de la guerra con Rusia y la competencia global por recursos tecnológicos clave. El pacto busca apoyar la reconstrucción del país europeo y asegurar el suministro de materiales críticos para la industria estadounidense.
 
Tecnología, economía y conflicto
 
El convenio otorga a Estados Unidos acceso preferencial a los recursos minerales de Ucrania a cambio de la creación de un fondo de inversión para su desarrollo económico. Aunque no se revelaron detalles técnicos, se trata de un intercambio de capital e infraestructura por derechos de explotación minera en yacimientos poco aprovechados.
 
Este movimiento responde a la necesidad de Washington de reducir su dependencia de China, que domina la producción y procesamiento de tierras raras a nivel mundial. En un entorno de tensiones comerciales, garantizar el acceso a estos insumos representa un objetivo estratégico tanto económico como militar.
 
Durante una reunión en el Vaticano con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, Donald Trump calificó el acuerdo como una forma de protección y posible disuasión ante Moscú. Sin embargo, líderes europeos advierten que convenios de este tipo no sustituyen compromisos de seguridad más amplios.
 
El valor de lo raro
 
Las tierras raras son 17 elementos esenciales para la fabricación de celulares, computadoras, autos eléctricos, turbinas eólicas y equipos militares. Entre ellos destacan el neodimio, disprosio, samario y terbio. Aunque no son escasos, su extracción es compleja, costosa y suele implicar el uso de sustancias tóxicas por su asociación con elementos radiactivos.
 
Ucrania cuenta con 21 de las 30 materias primas críticas según la Unión Europea, entre ellas litio, titanio y níquel. Sus principales yacimientos están en Donetsk, Dnipropetrovsk y Luhansk, zonas parcialmente ocupadas por Rusia. Otros se ubican en Kirovohrad, Kiev, Vinnytsia y Zhitómir, bajo control ucraniano, pero aún sin explotación a gran escala.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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