Camellos salvajes en Australia: De aliados coloniales a plaga ecológica

Australia enfrenta una crisis ambiental por la explosión demográfica de camellos salvajes, introducidos en el siglo XIX como bestias de carga y hoy convertidos en una especie invasora. Con más de un millón de ejemplares, devastan ecosistemas áridos, compiten con la fauna nativa y agravan la escasez hídrica. National Geographic explora las soluciones en debate: desde erradicación controlada hasta industrias emergentes como lácteos y turismo, mientras comunidades rurales claman por acciones urgentes.

La herencia colonial que se volvió plaga
En el siglo XIX, colonos británicos importaron camellos de Arabia, Afganistán e India para explorar el árido interior australiano. Tras quedar obsoletos por los automóviles, unos 10,000 fueron liberados en los años 1930. Hoy, su población supera el millón, siendo la mayor del mundo en estado salvaje.

Impacto ambiental crítico
Los camellos degradan frágiles ecosistemas: agotan pozos de agua, erosionan dunas y desplazan especies nativas. Según National Geographic, un solo ejemplar consume hasta 200 litros de agua en minutos, dejando sin recursos a comunidades y vida silvestre durante sequías extremas.

Soluciones en conflicto

  • Control letal: Programas de erradicación redujeron números, pero falta continuidad política.

  • Industrias alternativas: Leche baja en lactosa (The Camel Milk Co.) y carne (mercado global en auge) chocan con limitaciones logísticas y críticas por crueldad animal.

  • Turismo: Trekking y carreras, como las de Boulia, promueven su valor cultural, aunque sin impacto significativo en la población.

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