Los envases de algas, una alternativa ecológica al plástico
Buscando reemplazar los envases plásticos, muy contaminantes y difíciles de reciclar, la empresa Notpla fundada por un español, Rodrigo García González, y un francés, Pierre Paslier, ideó una solución consistente en fabricar embalajes biodegradables y comestibles a base de algas.
Para ello «empezamos una investigación en distintos materiales y encontramos el alga como una fuente viable para hacer membranas que pudiesen contener líquido», explica García.
De ahí derivó en 2014 su primer envase, producto estrella de Notpla, una burbuja del tamaño de una pelota de golf para encerrar agua o cualquier otra bebida, que distribuyen desde hace años en festivales de música y eventos deportivos.
Bautizado Ooho, se introduce en la boca y proporciona al mismo tiempo líquido, desde agua hasta cócteles pasando por bebidas energéticas, y la proteína del alga comestible, con una textura parecida a la de un bombón gelatinoso.
Aunque resulta un proyecto muy atractivo y vistoso, siendo realistas, es bastante complicado que llegue a impactar en el monopolio del agua embotellada.
Revestimientos, bolsas y papel –
El grupo desarrolla ahora otras soluciones a base de algas como revestimiento biodegradable para reemplazar al plástico en el interior de las cajas de cartón de la comida para llevar.
Notpla abastece así al grupo británico Just Eat en el Reino Unido y otros cinco países europeos.
«Cualidades increíbles» –
Las algas «tienen unas cualidades increíbles», explica Paslier, de 35 años, que empezó como ingeniero de embalajes en L’Oréal trabajando a partir de materiales plásticos «que al final acaban en el medio ambiente».
Al no necesitar tierra, las algas no compiten con otro tipo de agricultura, «crecen muy rápido, algunas algas que utilizamos en nuestros laboratorios crecen cerca de un metro al día. (…) Tampoco precisan ninguna actividad humana para crecer, no necesitamos regarlas ni abonarlas», subraya.
Además «desacidifican los océanos y secuestran carbono», agrega García, de 38 años, calificándolas de «recurso del futuro».
Como «las algas existen desde hace miles de millones de años, sabemos que independientemente de donde terminen nuestros envases no resultarán contaminantes y la naturaleza sabrá cómo descomponerlos», subraya orgulloso Paslier.
De momento, los productos de Notpla resultan más caros que los envases de plástico.
Sin embargo, cuando empiecen a fabricarlos a escala industrial, esperan reducir su sobrecoste a entre 5% y 10%.
Esta empresa confía en beneficiarse de que cada vez más gobiernos estén endureciendo su reglamentación en aras de reducir los residuos de plásticos, uno de los materiales más tóxicos y dañinos para la naturaleza, sobre todo para los ecosistemas marinos.
Según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cantidad de residuos de plástico se triplicará de aquí a 2060, llegando a superar los mil millones de toneladas anuales.
Sabemos que el plástico llegó para revolucionar la vida cotidiana de los seres humanos, y nos brinda aún grandes beneficios y comodidades, pero es necesario recordar que su elaboración consume recursos no renovables, se recicla solo un muy pequeño porcentaje, y lo peor: nuestros océanos se han llenado de estos residuos (microplásticos) que afectan gravemente a la salud de todos los seres vivos.