Generación Z adopta la estrategia de Steve Jobs para simplificar su vida y enfocarse en lo esencial

La Generación Z está replicando una de las costumbres más reconocidas de Steve Jobs, cofundador de Apple: vestirse siempre igual. Lejos de los lujos y la ostentación, Jobs eligió un estilo uniforme —jersey negro de cuello alto, jeans Levi’s 501 y zapatillas New Balance— como una herramienta para reducir la fatiga mental y enfocarse en la innovación. Hoy, esta misma estrategia está siendo adoptada por jóvenes menores de 30 años como una forma de simplificar su vida y ganar claridad en medio de un mundo saturado de estímulos.

Este hábito, que en su momento fue visto como una excentricidad del empresario, hoy es considerado por muchos jóvenes como una declaración de principios. En lugar de seguir los rápidos ciclos de la moda, apuestan por un vestuario minimalista que les permita enfocarse en lo esencial: su desarrollo personal, profesional y creativo. En un entorno laboral donde las reglas sobre la vestimenta son más difusas, esta práctica se convierte también en una manera de ahorrar tiempo, reducir el estrés y destacar por sus ideas más que por su apariencia.

Minimalismo funcional y crítica al hiperconsumo

Psicólogos y expertos en comportamiento apuntan que este fenómeno está ligado a la necesidad de reducir el ruido mental y la sobrecarga de decisiones que enfrenta esta generación. La moda uniforme no sólo es una solución práctica, sino también una postura crítica frente al hiperconsumo. En lugar de gastar tiempo y dinero en renovar constantemente su imagen, muchos jóvenes optan por una estética estable que les represente de forma auténtica.

Esta tendencia también refleja una respuesta al entorno digital actual, donde las redes sociales y la comunicación remota han disminuido el énfasis en la apariencia física. Figuras como Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, han seguido el mismo camino, consolidando la idea de que un guardarropa repetitivo no es sinónimo de desinterés, sino de enfoque.

Para la Generación Z, esta elección va más allá del estilo: es una forma de vivir con propósito, reducir las distracciones y ejercer una identidad basada en la coherencia y la sostenibilidad. La vestimenta deja de ser un vehículo de estatus para convertirse en una herramienta que apoya su productividad, bienestar y autenticidad.

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