Nestlé bajo fuego en Europa por agua mineral contaminada

Una grave crisis de confianza afecta al gigante alimentario Nestlé, luego de que se revelara que usó tratamientos no autorizados para purificar sus aguas embotelladas, entre ellas marcas reconocidas como Perrier, Vittel, Hépar y Contrex. Las investigaciones periodísticas iniciadas en Francia indican que desde al menos 2021 la empresa empleó microfiltración, rayos UV y carbón activado, métodos prohibidos por la normativa europea para conservar la «pureza natural» del agua mineral.

A pesar de que Nestlé admitió haber recurrido a estos procedimientos y pagó una multa de dos millones de euros para evitar un juicio, los cuestionamientos aumentan. La Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES) detectó la presencia de virus entéricos y bacterias asociadas a contaminación fecal en el agua embotellada, lo que indica que los acuíferos podrían estar expuestos a filtraciones de aguas residuales o tener protección deficiente.

Encubrimiento estatal y presión empresarial

Uno de los puntos más controvertidos del caso es que el gobierno francés sabía del problema desde 2021. En enero de 2023, el entonces director general de Salud pidió suspender las operaciones de Nestlé en plantas como la de Perrier, pero la solicitud fue desestimada tras una consulta interministerial. La postura del Ministerio de Industria, favorable a la empresa, prevaleció, y la producción continuó.

El tratamiento de microfiltración fue finalmente rechazado este mes por la prefectura regional de Gard, al considerar que altera el microbioma del agua, lo cual contradice las leyes europeas. A pesar de ello, Nestlé defendió su uso, alegando que era necesario para garantizar la seguridad del producto, aunque sin pruebas de su efectividad contra virus.

El Senado francés publicó un informe donde acusa al Estado de una «ocultación deliberada» y exige nuevas regulaciones, además de una evaluación científica completa de estos métodos por parte de ANSES. La organización Foodwatch presentó una denuncia penal por presunto engaño al consumidor, lo que dio paso a una investigación judicial en curso.

Aunque las autoridades insisten en que no existe un riesgo inmediato para la salud pública, el escándalo ha sacudido la imagen del sector del agua mineral en Europa. También ha generado llamados a revisar la legislación vigente y reforzar la supervisión de empresas multinacionales cuya influencia podría estar por encima del interés público.

Para consumidores mexicanos y de todo el mundo que confían en la calidad del agua importada de Europa, este caso levanta señales de alerta. Lo que parecía ser agua de manantial cristalina podría haber pasado por tratamientos ocultos, sin garantías claras de seguridad ni transparencia en su origen.

Compartir
No Comments

Leave A Comment