El secreto de Bill Gates y Warren Buffett no es magia: es enfoque

  • Una sola palabra para explicar miles de millones

En una reunión con accionistas, le preguntaron a Bill Gates y Warren Buffett cuál era la clave de su éxito. Sin ponerse de acuerdo, ambos escribieron lo mismo: enfocarse. Así, sin rodeos ni fórmulas místicas, resumieron en una palabra la filosofía que los llevó a convertirse en dos de los hombres más ricos e influyentes del planeta.

Gates lo tiene claro: lo que hagas obsesivamente entre los 13 y los 18 años puede marcar tu futuro. En su caso, fue la programación. Se encerraba con una computadora, escribía código por horas y descubría un mundo donde la lógica era más poderosa que cualquier prejuicio. Esa pasión temprana lo llevó a fundar Microsoft y, eventualmente, a acumular más de 127 mil millones de dólares.

Buffett también empezó joven. A los 11 años, invirtió sus ahorros en tres acciones. No era dinero lo que buscaba, sino entender cómo funcionaba el juego. Hoy, con casi 160 mil millones de dólares y a sus 94 años, se despide de la dirección de Berkshire Hathaway, después de toda una vida apostándole al largo plazo.

El largo plazo sí paga (y no solo en la bolsa)

Ambos coinciden: el verdadero crecimiento es como una bola de nieve que empieza pequeña, pero no para de crecer si se lanza a tiempo y en la dirección correcta. Gates lo aplicó a la tecnología y a la filantropía. Buffett lo hizo invirtiendo en empresas sólidas y evitando modas pasajeras.

Claro, también cometieron errores. Buffett ha reconocido oportunidades que dejó pasar y Gates ha cambiado de rumbo más de una vez. Pero ninguno perdió el enfoque. Aprendieron, ajustaron y siguieron adelante.

¿El consejo? Encuentra algo que te apasione de verdad y dedícale atención constante. No tiene que ser desde niño ni tiene que hacerte millonario. Solo debe darte sentido. Porque como diría Buffett, no se trata de tener suerte, sino de elegir bien la colina por donde dejarás rodar tu propia bola de nieve.

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