Friedrich Merz fracasa en su intento por ser elegido canciller en Alemania

  • Sorpresa en el Parlamento alemán tras no alcanzar la mayoría necesaria

El líder conservador Friedrich Merz no logró reunir los votos necesarios para ser investido como canciller de Alemania, en una votación secreta realizada en el Parlamento este martes. Aunque era el candidato respaldado por una coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU) y los socialdemócratas, su postulación fue rechazada en un giro inesperado que ha sacudido la política alemana.

Merz obtuvo 310 votos, cuando necesitaba al menos 316 para ser elegido. Seis votos lo separaron del umbral requerido, lo que ha desatado especulaciones sobre deslealtades internas en su bloque o incluso en su nuevo socio de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD). Los medios alemanes han señalado que este tipo de fracaso en una investidura no tiene precedentes desde la creación de la República Federal de Alemania.

Tras la votación fallida, el Parlamento cuenta con un plazo de 14 días para llevar a cabo una nueva elección con mayoría absoluta, ya sea para Merz u otro candidato. Si no se logra ese objetivo en ese tiempo, el presidente alemán podrá nombrar a un canciller con mayoría simple o disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones.

Coalición debilitada y tensiones políticas en aumento

El fracaso de Merz se produce a pesar de que su bloque CDU/CSU ganó las elecciones de febrero con el 28.5% de los votos, un resultado insuficiente para gobernar en solitario. Para formar gobierno, aceptó aliarse con el SPD, que obtuvo solo el 16.4%, su peor resultado desde la posguerra. El pacto incluía a Lars Klingbeil, líder socialista, como vicecanciller.

La desconfianza ha comenzado a circular entre ambos partidos, especialmente después de la derrota inesperada. Mientras algunos en la CDU sospechan de una traición por parte de los socialdemócratas, estos últimos niegan haber votado en contra, sugiriendo que los votos faltantes podrían provenir de las propias filas de Merz.

En medio del desconcierto, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha aprovechado la situación para exigir la renuncia de Merz. Su líder, Alice Weidel, celebró el resultado y calificó el día como una victoria para el país. Por su parte, Tino Chrupalla, colíder del partido, declaró que «es un buen día para Alemania».

La situación ha afectado también la agenda internacional del líder conservador. Merz tenía programados viajes diplomáticos esta semana, entre ellos una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron en París, una visita a Varsovia y su participación en el Día de Europa en Bruselas. Todos estos compromisos quedan ahora en suspenso mientras se define el futuro político del país.

Por el momento, se descarta repetir la votación en las próximas horas, ya que requeriría el apoyo de al menos dos tercios del Parlamento. Esto implicaría negociar con partidos como La Izquierda o incluso la AfD, algo políticamente inviable para la CDU/CSU.

La incertidumbre se apodera del escenario político alemán mientras los partidos evalúan sus próximos movimientos ante la posibilidad de nuevas elecciones o un cambio en la coalición de gobierno.

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