La proteína que podría acabar con la calvicie sin cirugía

Durante años, millones de personas han recurrido a injertos capilares, especialmente en clínicas de Turquía, para combatir la pérdida de cabello. Sin embargo, un reciente descubrimiento científico podría cambiar por completo el panorama de la alopecia: una proteína llamada MCL-1 ha sido identificada como clave para proteger las células madre responsables del crecimiento del pelo.

Investigadores de Australia y Singapur descubrieron que esta proteína actúa como una especie de guardaespaldas molecular para las células madre del folículo piloso (HFSC, por sus siglas en inglés), previniendo su autodestrucción ante situaciones de estrés celular. Sin esta protección, las células activan una respuesta genética de emergencia, encabezada por la proteína P53, que termina eliminándolas. El resultado: el folículo se apaga y el cabello deja de crecer.

Resultados en ratones y nuevas posibilidades terapéuticas

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, experimentó con ratones a los que se les eliminó la expresión de MCL-1. En un principio, mantenían un pelaje normal, pero con el paso del tiempo comenzaron a perder pelo hasta quedar completamente calvos. En otro experimento, se indujo artificialmente el crecimiento capilar mediante depilación, pero sin MCL-1, las células madre desaparecieron en pocos días y el cabello no volvió a salir.

Además, se descubrió que la producción de MCL-1 depende de una vía de señalización celular llamada ERBB. Cuando esta ruta se inhibe, por ejemplo, mediante ciertos fármacos usados en tratamientos oncológicos, los niveles de la proteína bajan y con ellos disminuye la capacidad de regeneración capilar. Este hallazgo ayuda a explicar por qué personas sometidas a quimioterapia o expuestas a altos niveles de estrés pierden el cabello: sus células madre quedan desprotegidas.

Curiosamente, el estudio también encontró una vía para revertir esta pérdida. En ratones a los que se les había suprimido tanto MCL-1 como P53, el cabello volvió a crecer. Esto sugiere que es posible intervenir en los mecanismos moleculares que controlan la muerte celular para proteger las raíces del cabello antes de que se autodestruyan.

El impacto potencial del descubrimiento es enorme. Actualmente, la industria del trasplante capilar genera más de 8 mil millones de euros al año. Sin embargo, una terapia basada en la proteína MCL-1 podría abrir un nuevo capítulo en el tratamiento de la alopecia, haciendo innecesarias las intervenciones quirúrgicas. Tal como sucedió con medicamentos como Ozempic, diseñados para la diabetes pero adoptados con éxito en contextos estéticos, la línea entre medicina y cosmética vuelve a desdibujarse.

Aunque aún faltan años de pruebas clínicas para traducir estos hallazgos en tratamientos aplicables a humanos, los científicos ven con optimismo el futuro. La calvicie, más que una condición inevitable, podría convertirse en un problema prevenible gracias al conocimiento profundo de cómo proteger las células madre que hacen crecer nuestro cabello.

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