Trump intenta deslindarse del caso Epstein señalando a Clinton y otros poderosos

Donald Trump busca desmarcarse del caso Jeffrey Epstein, el magnate acusado de encabezar una red de explotación sexual infantil con vínculos en las más altas esferas del poder global. Al ser cuestionado sobre su relación con el caso, el expresidente estadounidense negó haber visitado la isla privada del financiero y desvió la atención apuntando hacia figuras como Bill Clinton, ejecutivos de fondos de inversión y directivos académicos.

“Nunca fui a la isla”, declaró Trump, en alusión a la propiedad en el Caribe donde Epstein habría perpetrado múltiples abusos. Acto seguido, ofreció una lista de nombres a quienes, según él, deberían investigarse con mayor rigor: “Clinton, el expresidente de Harvard, algunos tipos de fondos de cobertura… esos vivían con Epstein, yo seguro que no”.

La estrategia del expresidente parece seguir un patrón: victimizarse frente al escrutinio mediático y, al mismo tiempo, filtrar nombres que difícilmente serán investigados a fondo. Y aunque Trump ha negado cualquier vínculo relevante con Epstein, su nombre figura en los archivos del Departamento de Justicia relacionados con el caso, así como en los registros de vuelos y comunicaciones del magnate. Una carta supuestamente escrita por Trump para un libro de cumpleaños de Epstein también ha sido objeto de controversia, lo que motivó una demanda por difamación contra medios como Wall Street Journal y Dow Jones & Co.

Respecto a Ghislaine Maxwell, cómplice de Epstein condenada a 20 años de prisión, Trump confirmó que puede otorgarle el perdón presidencial si así lo decide. Aunque aseguró no haberlo considerado, el solo planteamiento generó alarma en el Congreso estadounidense. La funcionaria ha sostenido encuentros recientes con Todd Blanche, vicefiscal general y exabogado personal de Trump, lo que incrementa las sospechas de una negociación detrás de puertas cerradas.

La red de impunidad que protegió durante décadas a Epstein —y a quienes se beneficiaron de su “amistad”— sigue lejos de desmantelarse. Mientras algunos nombres son usados como distractores, otros parecen tener garantizada la protección del poder político y judicial.

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