Airbnb y capital extranjero acaparan el mercado inmobiliario en CDMX: viviendas para turistas, no para mexicanos

Una nueva fase del despojo urbano se consolida en la capital del país. De acuerdo con una investigación publicada por La Jornada, la empresa estadounidense Blueground —financiada por fondos de inversión ligados a Airbnb— se ha convertido en uno de los principales acaparadores del mercado de la vivienda en renta en Ciudad de México.

Con 242 propiedades registradas solo en la capital, entre casas y departamentos, Blueground ya no es un actor marginal: es una pieza clave en el engranaje de gentrificación que expulsa a los habitantes locales de sus propios barrios para convertirlos en zonas de consumo turístico.

Airbnb, WestCap y el despojo disfrazado de “renta temporal”

Detrás de esta operación está WestCap, un fondo de inversión con sede en Nueva York dirigido por Laurence A. Tosi, exdirector financiero de Airbnb. No es una coincidencia: tanto Airbnb como Blueground fueron impulsadas por este fondo, lo que convierte a ambas en partes de un mismo entramado que utiliza la vivienda como mercancía global.

Lo que antes eran rentas asequibles en colonias construidas con dinero público, hoy son espacios alquilados por miles de pesos mensuales a nómadas digitales y turistas de alto poder adquisitivo. En la Ciudad de México, Blueground ofrece departamentos de apenas 33 metros cuadrados por 25 mil pesos al mes (unos 1,388 dólares), y llega a cobrar más de 200 mil pesos (más de 11 mil dólares) por inmuebles de tres recámaras.

Especulación extendida en las costas y el Bajío

La estrategia de acaparamiento no se limita a la capital. Blueground también opera en destinos como Baja California Sur, Yucatán, Guanajuato, Monterrey, Guadalajara, Mazatlán, Acapulco y las costas de Jalisco y Nayarit, extendiendo el modelo extractivo a territorios donde el turismo ha funcionado como punta de lanza del despojo.

El modus operandi es claro: concentrar propiedades en zonas con alta inversión pública y servicios, para luego privatizar los beneficios y fijar precios imposibles para la mayoría de la población local. La empresa se presenta como intermediaria, pero en los hechos actúa como especuladora global.

¿Quién controla la ciudad?

El caso de Blueground y Airbnb ilustra cómo el capital transnacional ha encontrado en la vivienda una forma de colonización silenciosa. Con el respaldo de fondos como WestCap, estas empresas pueden manipular el mercado, desplazar poblaciones y convertir la ciudad en un parque temático para extranjeros.

Mientras tanto, millones de mexicanos enfrentan una crisis habitacional sin precedentes, con salarios congelados, rentas impagables y créditos inaccesibles. La vivienda dejó de ser un derecho: ahora es una inversión para los de afuera.

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