Uruguay da un paso histórico: Senado decide sobre despenalización de la eutanasia
Este miércoles, Uruguay podría convertirse en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia, cuando el Senado vote el proyecto de ley conocido como “Muerte Digna”. La iniciativa ya fue aprobada en agosto por la Cámara de Diputados, con el respaldo de legisladores de distintas fuerzas políticas, y ahora espera la ratificación de la Cámara Alta, donde la coalición izquierdista Frente Amplio posee mayoría.
El debate ha generado divisiones dentro de los partidos tradicionales. Mientras algunos legisladores del Partido Nacional y del Partido Colorado apoyan la medida, otros mantienen reservas por motivos éticos y religiosos. El proyecto regula la eutanasia para personas adultas, psíquicamente competentes, que padezcan enfermedades terminales, incurables o irreversibles y cuyo sufrimiento se considere “insoportable”. La intención es garantizar una muerte “indolora, apacible y respetuosa de la dignidad”.
El procedimiento contempla ocho etapas que comienzan con la solicitud directa del paciente ante un médico y requieren la evaluación de un segundo profesional independiente. Luego, se realiza una segunda entrevista para confirmar la decisión y expresar la última voluntad, antes de que el médico pueda llevar a cabo la eutanasia. Esta regulación se inspira en los modelos de Bélgica y Países Bajos, donde la práctica lleva más de dos décadas vigente.
Entre los argumentos a favor, legisladores y activistas destacan el derecho individual a decidir sobre la propia vida y a evitar sufrimientos que consideran intolerables. Beatriz Gelós, paciente de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace 19 años, ha compartido su testimonio en las barras del Parlamento, mostrando las limitaciones físicas que enfrenta en su vida diaria y cómo la ley le permitiría elegir el momento de su muerte con dignidad.
El proyecto cuenta también con el respaldo de colectivos como Empatía Uruguay y Tenemos ELA, que han promovido la despenalización de la eutanasia. Por otro lado, grupos como Prudencia Uruguay continuarán expresando su rechazo, argumentando que el tema no puede reducirse a “sufrir o morir” y cuestionando la posibilidad de que las personas dispongan de su propia vida de manera asistida.
Uruguay se uniría así a un reducido grupo de países que permiten la eutanasia activa o la muerte asistida, incluyendo Canadá, España y Nueva Zelanda. En América Latina, Colombia ha avanzado en la despenalización desde 1997, pero solo en 2015 se registró la primera eutanasia legal. La aprobación de la ley uruguaya reflejaría un cambio social importante en una región históricamente marcada por la influencia de la Iglesia y por debates éticos complejos en torno al fin de la vida.
El Senado uruguayo deberá tomar la decisión final en los próximos días. Si se aprueba, se convertirá en un referente regional en derechos sobre la muerte asistida y podría influir en la discusión de políticas similares en países vecinos, incluidos México y otros estados latinoamericanos donde el tema aún genera resistencias políticas y sociales.