Taylor Swift cede la corona: Lucy Guo es la nueva multimillonaria más joven hecha a sí misma

Durante un tiempo, Taylor Swift no solo dominó la música, también el ranking de las multimillonarias más jóvenes hechas a sí mismas. Pero la estrella del pop ya no ostenta ese título. Hoy la corona pasa a manos de Lucy Guo, una emprendedora de 30 años que, lejos de los escenarios, construyó su fortuna en el terreno más frío y técnico de la inteligencia artificial.

Guo nació en San Francisco, hija de inmigrantes chinos. Desde adolescente se apasionó por la programación y llegó a estudiar informática en Carnegie Mellon, pero abandonó la carrera para unirse a la beca Thiel, un programa que respalda a jóvenes que prefieren crear empresas en lugar de terminar la universidad. Trabajó brevemente en Quora y Snapchat, hasta que en 2016 fundó junto a Alexandr Wang una pequeña startup de datos: Scale AI.

La compañía nació con un propósito poco glamuroso pero vital: etiquetar imágenes para entrenar algoritmos de inteligencia artificial, desde autos autónomos hasta sistemas de defensa. Entre sus clientes se cuentan el gobierno de Estados Unidos y OpenAI. Con el tiempo, Scale se convirtió en un gigante valuado en 25,000 millones de dólares. Aunque Guo salió de la empresa tras diferencias con Wang, mantuvo una participación de casi 5% que hoy vale cerca de 1,200 millones de dólares.

Esa decisión estratégica la catapultó a la lista de multimillonarias, sumada a otras inversiones como Backend Capital, fondo con el que apostó por la firma Ramp (ahora valuada en 13,000 millones). Más tarde creó Passes, una plataforma estilo Patreon para que celebridades y creadores moneticen el contacto directo con sus seguidores. Allí se sumaron figuras como Shaquille O’Neal o la gimnasta Olivia Dunne. Aunque Passes enfrenta demandas por la moderación de contenido, la compañía levantó 50 millones de dólares y se consolidó como parte del ecosistema digital.

Hoy, Lucy Guo es la multimillonaria más joven del mundo hecha a sí misma, desplazando a Taylor Swift, que conserva un patrimonio igualmente impresionante. La diferencia es que mientras la cantante construyó su fortuna a base de giras y discos, Guo lo hizo entre algoritmos, rondas de inversión y apuestas tecnológicas.

Ella misma dice que no le da mucha importancia al dinero, y que prefiere enfocarse en su disciplina diaria: entrena en Barry’s Bootcamp, presume 3,000 clases completadas y combina jornadas de trabajo maratónicas con festivales como Coachella. Dos mundos distintos, pero un mismo patrón: constancia, visión y ambición.

Taylor Swift seguirá llenando estadios. Lucy Guo seguirá programando el futuro. Y la competencia por quién inspira más a una nueva generación apenas comienza.

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