Stiiizy: de los márgenes del mercado a líder del cannabis

La historia de Stiiizy, la marca de cannabis más vendida en Estados Unidos, es también la historia de su fundador, James Kim, un veterano del ejército con un pasado complejo y una visión empresarial implacable. Desde sus humildes inicios en los tianguis de California hasta convertirse en un gigante valorado en 1,500 millones de dólares, Stiiizy ha conquistado el mercado legal del cannabis, no sin controversias.

De la calle al éxito

En un almacén en el centro de Los Ángeles, junto a un club de striptease, James Kim muestra una de sus salas de cultivo repleta de plantas de marihuana. Para él, esa sala es puro dinero. Fundada en 2017, Stiiizy se dedica a la producción y venta de vaporizadores, gomitas, porros prearmados y flores de cannabis. Hoy, cuenta con casi 50 dispensarios en California, genera más de 800 millones de dólares anuales y está presente en siete estados.

Stiiizy comenzó su historia en un momento crucial: justo antes de que California legalizara el uso recreativo de la marihuana. Nació en el mercado no regulado, pero rápidamente se convirtió en una empresa legal con estructura vertical. Uno de cada ocho productos de cannabis vendidos en Estados Unidos es de esta marca. Su crecimiento se consolidó con la fusión con North Star, lo que dio origen al conglomerado Shryne Group.

Orígenes y controversias

Kim, hijo de inmigrantes surcoreanos, creció en Cerritos, California, trabajando desde niño en un mercadillo junto a sus padres. En su adolescencia, tuvo problemas con la ley y abandonó la preparatoria, pero su vida cambió tras enlistarse en el ejército. Sirvió en Irak y, tras regresar, encontró una nueva oportunidad en el mundo del vapeo de nicotina, que más tarde lo llevaría a fundar Stiiizy con antiguos amigos de la escuela.

Aunque la marca ha tenido un éxito notable, no ha estado exenta de polémicas. Desde la aparición de productos Stiiizy en el mercado negro hasta acusaciones de actividades ilegales y demandas laborales, la empresa ha sido objeto de múltiples cuestionamientos. Sin embargo, tanto Kim como otros ejecutivos insisten en que todo lo que venden de manera oficial es legal, y aseguran que los productos no autorizados son falsificaciones o compras legales revendidas fuera del estado.

A pesar de estas acusaciones, la marca no solo ha sobrevivido, sino que se ha fortalecido. Para muchos consumidores, su origen en las calles y su estilo directo son parte de su atractivo. No se dirige al consumidor casual o “curioso del cannabis”, sino al fumador habitual que busca autenticidad. Esa conexión genuina con el consumidor, dice Kim, es la clave de su éxito.

Con la vista puesta en abrir una tienda nueva cada mes y alcanzar el centenar de puntos de venta, el objetivo de Kim es claro: convertir a Stiiizy en el “Nike del cannabis”. Su meta ya no es solo dominar el mercado, sino dejar un legado duradero en la industria.

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