Redadas en granjas de California dejan un migrante muerto y varios desaparecidos: UFW denuncia represión brutal

La represión migratoria en Estados Unidos volvió a cobrar vidas. Una persona murió y varios trabajadores agrícolas resultaron heridos o desaparecidos tras dos redadas violentas ejecutadas por agentes federales en granjas de cannabis en California, denunció este viernes la Unión de Trabajadores Agrícolas (UFW, por sus siglas en inglés).

Las operaciones se realizaron en los condados de Ventura y Santa Bárbara, específicamente en Carpinteria y Camarillo, donde fueron arrestadas unas 200 personas, en su mayoría migrantes latinoamericanos. La UFW —organización fundada por César Chávez y Dolores Huerta para defender los derechos de los trabajadores del campo— acusó que las redadas violaron leyes migratorias y se llevaron a cabo con un uso excesivo de la fuerza.

“Estas acciones federales violentas y crueles aterrorizan a las comunidades, interrumpen la cadena de suministro de alimentos, amenazan vidas y separan familias”, señaló la organización en su comunicado. Al menos un trabajador fue hospitalizado con heridas graves, mientras continúan desaparecidos otros empleados del campo. Testigos denunciaron la presencia de menores de edad durante los operativos.

La escena se tornó caótica fuera de las instalaciones de Glass House Farms, donde decenas de familiares y vecinos exigieron información sobre los detenidos. Manifestantes denunciaron violencia, gases y represión mientras agentes federales armados respondían con fuerza.

Pese a las denuncias, el Departamento de Seguridad Nacional afirmó que las redadas contaban con órdenes legales y confirmó el arresto de cuatro ciudadanos estadounidenses que supuestamente se resistieron. También ofrecieron una recompensa de 50 mil dólares por información sobre una persona que habría disparado contra los agentes, sin aclarar más detalles.

La empresa Glass House declaró que colaborará brindando asesoría legal a sus trabajadores, pero organizaciones sociales han advertido que este tipo de acciones forman parte de una campaña de criminalización masiva contra los trabajadores agrícolas y migrantes.

Una vez más, la maquinaria migratoria de EE.UU. vuelve a apuntar contra los más vulnerables: quienes cultivan la tierra, quienes alimentan al país, quienes no tienen voz.

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