Perú rechaza reserva para pueblos aislados en la Amazonía y enciende alarma internacional
Tras veinte años de debate, el gobierno peruano decidió dar la espalda a uno de los proyectos de protección indígena más relevantes de la región. Una comisión oficial votó en contra de la creación de la reserva Yavarí Mirim, un territorio de 1.2 millones de hectáreas de selva virgen en la frontera con Brasil, destinado a resguardar a pueblos en aislamiento voluntario.
El resultado fue contundente: ocho votos en contra, cinco a favor y tres ausencias notables —entre ellas las de los ministerios de Educación, Medio Ambiente y Salud, que históricamente habían respaldado este tipo de iniciativas. Con ello, se abre la puerta a concesiones de tala, hidrocarburos y minería en una de las zonas más frágiles del planeta.
Las pruebas de presencia humana son abundantes. El último estudio, concluido en 2024, registró más de cien evidencias: casas comunales, senderos, fogatas, cerámica y hasta áreas cultivadas. Vuelos aéreos identificaron 25 sitios habitados. Para líderes indígenas, el mensaje del Estado es devastador. “No creo que esas huellas sean del diablo. Son de gente”, señaló Leo Chuma, líder matsés, al mostrar fotografías recientes de la zona.
Derechos en juego, intereses en la mesa
Organizaciones como Orpio y expertos en derechos humanos acusan al gobierno de incumplir normas nacionales e internacionales que obligan a proteger a pueblos aislados. La antropóloga Beatriz Huertas advirtió que se pone en riesgo “su seguridad y su propia existencia como pueblos”.
Detrás de la decisión, ambientalistas y juristas ven el peso de los intereses económicos. “Ya no se decide en función del interés público, sino del mercantilismo y las presiones privadas”, denunció el abogado ambiental Pedro Solano.
La noticia repercutió en Brasil, donde líderes del Valle del Javari —territorio vecino con al menos nueve grupos aislados— advirtieron que la vulnerabilidad del lado peruano puede tener consecuencias irreversibles.
Mientras tanto, en el Congreso peruano, legisladores cercanos a sectores extractivos impulsan reformas para debilitar aún más la creación de reservas indígenas. En contraste, lo que para los pueblos amazónicos significa vida y territorio, para el poder político parece ser solo tierra disponible.
El futuro de Yavarí Mirim quedó en pausa, pero la disputa apenas comienza. Entre selva intacta y concesiones comerciales, el tiempo corre en contra de quienes, por decisión propia, eligieron el silencio y la distancia como forma de existir.