México logra mantener arancel cero para autopartes exportadas a Estados Unidos
El gobierno de Estados Unidos decidió mantener el trato preferencial para autopartes mexicanas, eliminando los aranceles y reconociendo su integración en el marco del T-MEC. Esta medida fue celebrada por la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quienes destacaron que representa un avance clave para el país en su relación comercial con el gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump.
Durante la conferencia matutina del 2 de mayo, Ebrard explicó que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos publicó nuevas directrices para sus autoridades aduanales. En estas se reafirma que las autopartes mexicanas, así como las canadienses, serán consideradas como si fueran estadounidenses en el contexto del tratado comercial, lo que garantiza que no pagarán aranceles al ser exportadas a ese país.
Ventajas para México en el nuevo esquema comercial
La Secretaría de Economía señaló que estas disposiciones modifican la llamada medida 232, que previamente imponía un arancel general del 25 % a automóviles ligeros, arancel que podía sumarse a otros impuestos comerciales. Con esta modificación, se otorga trato preferencial de arancel cero a la exportación de componentes esenciales como motores, arneses, suspensiones y otros elementos usados en el ensamblaje de vehículos ligeros en territorio estadounidense.
El objetivo declarado por el gobierno de Trump es reforzar la producción nacional de autos para fortalecer la seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, el conjunto de medidas genera una condición ventajosa para México frente a otros países competidores en el sector automotriz. Aunque no se trata de condiciones óptimas, la Secretaría de Economía considera que colocan al país en una posición favorable dentro del mercado norteamericano.
La nueva normativa únicamente aplica a vehículos ligeros ensamblados dentro de Estados Unidos. Todo contenido automotriz originario de México, Estados Unidos o Canadá –según lo estipulado en el T-MEC– estará exento de aranceles. En cambio, los productos importados desde otras regiones pagarán un impuesto del 25 %, incluyendo aquellos provenientes de China y la Unión Europea.
Estados Unidos también otorgará créditos fiscales a sus propios productores automotrices con el fin de mitigar el impacto de los nuevos aranceles. Estas ayudas serán del 3.75 % del valor del automóvil en el primer año y del 2.5 % en el segundo. Además, la proclama establece que los aranceles no se acumularán, es decir, si una empresa paga impuestos por la exportación de automóviles, no deberá cubrir cargos adicionales relacionados con otros temas comerciales, como la migración o el tráfico de drogas.
Esto es especialmente relevante para México, ya que a principios de este año Trump amenazó con aplicar un arancel del 25 % por temas relacionados con migración irregular y tráfico de fentanilo. Sin embargo, en marzo decidió congelar la aplicación de esas sanciones a los bienes amparados por el T-MEC.
Finalmente, cuando Trump anunció el 2 de abril una política de “aranceles recíprocos”, que implicaba un impuesto del 10 % a las importaciones generales y sanciones específicas para países con altos volúmenes de exportación hacia Estados Unidos, México y Canadá fueron excluidos de la lista de naciones afectadas. Esto reafirma la relevancia del T-MEC como una herramienta clave para la estabilidad económica y comercial del país.