México alza la voz en Washington: senadores buscan frenar impuesto a remesas
Un grupo plural de senadores mexicanos se prepara para viajar a Estados Unidos con una misión clara: evitar que prospere la propuesta republicana que busca imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas por migrantes, principalmente mexicanos. Este plan ha sido duramente criticado desde México por su impacto económico y por ser visto como una medida discriminatoria.
Una visita para defender a millones
La Comisión Permanente del Congreso mexicano acordó enviar a legisladores de diversos partidos a Washington para reunirse con sus contrapartes estadounidenses. El objetivo es rechazar formalmente la iniciativa que propone aplicar este nuevo gravamen a las remesas, dinero que para muchos hogares mexicanos representa la diferencia entre salir adelante o no.
Adán Augusto López, presidente de la Junta de Coordinación Política, dejó claro que esta medida no solo afectaría económicamente a millones de familias mexicanas, sino que también representa una violación a los derechos humanos. López subrayó que es injusto que los trabajadores migrantes paguen una doble tributación, ya que sus ingresos ya son gravados en Estados Unidos.
Además de las reuniones presenciales, México presentará un documento técnico y político ante las autoridades correspondientes del Gobierno estadounidense, donde fijará su postura de rechazo absoluto a esta iniciativa que, de ser aprobada, significaría un duro golpe para el segundo país que más remesas recibe en el mundo.
Más allá del dinero: dignidad y justicia
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, calificó la propuesta como una injusticia y aseguró que no solo es discriminatoria, sino que atenta contra quienes, con su trabajo en el extranjero, sostienen buena parte de la economía mexicana. En el primer trimestre de 2025, México recibió 14,269 millones de dólares en remesas, un incremento del 1.3% anual, en medio de una economía que ha convertido estos ingresos en uno de sus pilares, representando cerca del 4% del PIB.
El proyecto, promovido por el congresista republicano Jason Smith bajo el nombre «Gran y Hermoso Proyecto de Ley», forma parte de una agenda impulsada por el presidente Donald Trump, que incluye recortes fiscales multimillonarios, más endeudamiento público y recortes al gasto social. En resumen: menos ayuda para los más necesitados y más presión para los migrantes.
Mientras tanto, la aprobación del paquete presupuestario de Trump avanza, con un componente ideológico claro: menos Estado para quienes más lo necesitan y más nacionalismo fiscal. El plan suma billones a la deuda pública estadounidense —que ya equivale al 127% del PIB— y amenaza con complicar aún más la vida de quienes cruzan fronteras buscando oportunidades.
Los legisladores mexicanos confían en que el diálogo y la diplomacia sirvan para detener esta medida, pero saben que también están enviando un mensaje: México no se va a quedar callado cuando sus migrantes —que mantienen viva a gran parte del país— son usados como blanco electoral.
En los próximos días, la comitiva mexicana pondrá a prueba el poder de la política frente a los caprichos ideológicos. Porque cuando se trata de defender a millones de familias, no se viaja por cortesía, sino por justicia.