Japón ahorca a tres presos tras dos años sin ejecuciones
El país con más de 100 condenados en el corredor de la muerte, es uno de los pocos desarrollados que todavía aplica la pena capital, una medida con amplio apoyo público a pesar de las críticas de los grupos de defensa de los derechos humanos.
Se trata de las primeras ejecuciones bajo el mando del primer ministro Fumio Kishida, que asumió el cargo en octubre y ganó unas elecciones generales ese mismo mes.
Una portavoz del ministerio de Justicia indicó que uno de los ejecutados era Yasutaka Fujishiro, de 65 años, que mató con un martillo y un cuchillo a su tía de 80 años, dos primos y otras cuatro personas en 2004.
Los otros dos fueron Tomoaki Taknezawa, de 54 años, y su cómplice Mitsunori Onogawa, de 44, acusados de matar a dos dependientes en una sala de juegos recreativos en 2003.
En Japón, las penas suelen aplicarse largo tiempo después de la sentencia, y siempre mediante ahorcamiento.