Israel admite intento fallido de asesinar a Jameneí durante la guerra con Irán

El gobierno de Israel reconoció públicamente que intentó asesinar al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, durante la reciente escalada militar contra la República Islámica, aunque aseguró que la operación no pudo concretarse por falta de una “oportunidad operativa”.

“Si hubiera estado en nuestra mira, lo habríamos eliminado”, declaró el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en entrevista con medios locales este jueves. “Queríamos eliminar a Jameneí, pero no se presentó la ocasión”, añadió, sin brindar más detalles sobre el operativo ni sus implicaciones estratégicas.

Cuestionado sobre si Israel buscó la aprobación de Estados Unidos para llevar a cabo el atentado, Katz respondió tajante: “No necesitamos permiso para estas cosas”.

Las declaraciones del ministro confirman lo que desde semanas atrás se sospechaba en los círculos diplomáticos: que Israel, en el marco de su ofensiva militar más intensa contra Irán en décadas, estaba dispuesto a escalar el conflicto hasta sus niveles más altos, incluyendo un atentado contra el máximo líder político y religioso del país persa.

Entre amenazas y propaganda

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, respaldó esta línea de acción, argumentando que asesinar a Jameneí no conduciría a una escalada, sino al final del conflicto. “Eliminarlo terminaría la guerra”, dijo, reforzando una narrativa de legitimación del magnicidio como vía para alcanzar la paz regional.

En sintonía, el entonces presidente estadounidense Donald Trump declaró que su país “sabe dónde se esconde Jameneí” y lo calificó como “un blanco fácil”.

La respuesta del líder iraní no se hizo esperar. En un mensaje difundido este mismo jueves, Jameneí aseguró que, pese a las amenazas, “el régimen sionista ha sido prácticamente derrotado y aplastado bajo los golpes de la República Islámica”. Con estas palabras, reafirmó su discurso de resistencia y de victoria moral frente al asedio militar israelí.

Implicaciones geopolíticas

El reconocimiento explícito de un intento de magnicidio por parte de un Estado contra otro líder soberano representa una nueva ruptura de los límites tradicionales del conflicto entre Israel e Irán. Mientras la tensión en la región se mantiene al borde del estallido, la comunidad internacional observa con preocupación cómo se normaliza el lenguaje del asesinato político como herramienta de guerra.

A pesar de los llamados internacionales a la contención, ambos países mantienen sus posturas inamovibles. Con esta admisión, Israel no solo asume su disposición a golpear el corazón del régimen iraní, sino que desafía abiertamente las reglas no escritas que han evitado, hasta ahora, una guerra total en Medio Oriente.

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