Arce renuncia a la contienda electoral para cimentar la unidad popular y enfrentar la ofensiva imperialista en Bolivia

En plena cumbre de los BRICS, el presidente boliviano Luis Arce confirmó a RT que no buscará la candidatura presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) en los comicios del 17 de agosto. El mandatario subrayó que su decisión busca reagrupar al movimiento popular ante las fracturas internas y la amenaza de una derecha que, aliada al capital transnacional, pretende entregar los recursos estratégicos del país.

Arce advirtió que la disputa por el litio y otros bienes naturales se ha convertido en el eje de la injerencia extranjera. Recordó que Bolivia posee la mayor reserva mundial de ese mineral y que los proyectos soberanos de industrialización enfrentan sabotajes para mantener al país atado a la lógica de exportador primario. “Nuestro proceso revolucionario, la economía y la soberanía sobre nuestros recursos están en riesgo”, sostuvo.

El presidente lamentó que sectores del MAS, encabezados por el exmandatario Evo Morales, hayan optado por el cálculo personal y lleguen incluso a coincidir con la derecha en el bloqueo legislativo y el ahorcamiento financiero del gobierno. “Esa complicidad allana el camino al retorno neoliberal”, denunció, comparando el cerco con el que Estados Unidos intenta asfixiar a Cuba.

Ante la fragmentación, Arce insistió en que la única defensa efectiva del pueblo boliviano reside en un partido de izquierda coherente y unido. Por ello, reiteró su renuncia como un gesto para allanar el “proceso de unificación” y confrontar a una derecha cuya meta final es “regalar nuestros recursos naturales al imperialismo”.

De cara a las elecciones, el mandatario llamó a que el pueblo ejerza su madurez política: decidir entre la entrega de los recursos al viejo bloque imperialista o profundizar una vía soberana de industrialización y desarrollo genuino. Mientras tanto, el Tribunal Supremo Electoral mantiene el calendario y la lista de candidaturas habilitadas, con la posibilidad de una segunda vuelta en octubre si ningún aspirante supera el 50 % de los votos.

Arce concluyó ratificando que el gobierno hará “todo el esfuerzo” para contener la ofensiva conservadora y garantizar unas elecciones pacíficas, convencido de que “la unidad popular es la única vía para sostener la revolución democrática y la propiedad colectiva de nuestros recursos estratégicos”.

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