Organizaciones exigen romper vínculos entre refresqueras y el deporte rumbo a la Copa Mundial 2026

Organizaciones de México y Colombia denunciaron que empresas de bebidas azucaradas, como Coca-Cola, utilizan eventos deportivos de gran alcance, como la Copa Mundial de Futbol y los Juegos Olímpicos, para lavar su imagen pública mientras sus productos contribuyen a la crisis global de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.

Durante el seminario virtual Desenmascarando el lavado de imagen a través del deporte rumbo a la FIFA 2026, realizado por El Poder del Consumidor, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la organización colombiana Red PaPaz, se alertó sobre la estrategia conocida como sportwashing, en la que corporaciones aprovechan la pasión por el deporte para desviar la atención de los daños sociales, sanitarios y ambientales que provocan.

Christian Torres, representante de El Poder del Consumidor, señaló que estas prácticas no son aisladas, sino parte de un esfuerzo sistemático para interferir en las políticas de salud pública y fortalecer el consumo entre las poblaciones más jóvenes. Afirmó que Coca-Cola, con una larga historia de patrocinio de la FIFA, ha consolidado su presencia entre la niñez y la juventud mexicana aprovechando el respaldo institucional que le otorgan los eventos deportivos.

Gabriela Argumedo García, investigadora del INSP, advirtió que el sportwashing va más allá de simples patrocinios: permite que gobiernos, empresas y figuras públicas oculten o minimicen su responsabilidad en daños a la salud o al medio ambiente. El deporte, dijo, es un patrimonio cultural que, al ser instrumentalizado con fines de marketing corporativo, se degrada y convierte a atletas y aficionados en cómplices involuntarios de estas estrategias.

Impacto en la salud pública y exigencias a la FIFA

Las organizaciones recordaron que el consumo excesivo de bebidas endulzadas ha sido identificado como un problema prioritario por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y la OCDE, debido a su estrecha relación con enfermedades no transmisibles y al fuerte impacto económico que generan en los sistemas de salud. A pesar de ello, las refresqueras mantienen una presencia dominante en eventos deportivos globales y siguen dirigiendo su publicidad a públicos vulnerables.

En el caso de América Latina, donde la incidencia de obesidad infantil es una de las más altas del mundo, la influencia de estas marcas es especialmente preocupante. Carolina Piñeros, directora de Red PaPaz, subrayó que las infancias y juventudes son el blanco principal de estas campañas, por lo que urge impulsar políticas que desnormalicen el consumo de productos ultraprocesados y exijan entornos más saludables.

La campaña internacional Kick Big Soda Out Of Sport, respaldada por más de 20 países, exige que la FIFA y otros organismos deportivos rompan vínculos con la industria de bebidas azucaradas. El patrocinio de Coca-Cola a la FIFA, vigente desde hace más de cuatro décadas, se ha convertido en uno de los ejemplos más claros de sportwashing a escala global.

Las organizaciones participantes en el seminario hicieron un llamado a los países anfitriones de la Copa Mundial 2026 —México, Estados Unidos y Canadá— para que promuevan el deporte como un espacio auténtico de bienestar colectivo, libre de interferencias comerciales que contradicen los valores de salud, equidad y sostenibilidad. También pidieron a los gobiernos fortalecer medidas fiscales y regulatorias, como impuestos a productos dañinos y restricciones publicitarias, para proteger la salud pública frente al poder de la industria alimentaria.

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