La historia del hombre que llevó en hombros al Diego en México 86

Roberto Cejas viajó para la final entre la Selección Argentina y Alemania, saltó a la cancha del mítico Estadio Azteca y dio la vuelta olímpica con Diego en sus hombros

Cuenta Roberto:

En ese entonces trabajaba en la Lotería Santa Fe, y después de ganarle a Inglaterra le juré a mis compañeros: “Si Argentina le gana a Bélgica las semis, me voy a México a ver la final”. Y así fue.

El partido se jugaba el domingo al mediodía y yo llegué el viernes a la noche, obviamente sin entradas. Me alojé con un grupo de 6 amigos que ya estaba ahí, y había otro más que tampoco tenía entrada. La única que nos quedaba era ir a la cancha y ver qué podíamos hacer ahí.

No había reventa como puede darse ahora, así que finalmente pudimos ingresar al estadio dándole unos 17 dólares al controlador de una de las puertas para que nos dejara entrar. Nos mandaron debajo de todo, detrás del arco donde el Tata Brown metió el 1-0 en el primer tiempo.

El partido avanzaba y yo estaba todo el tiempo pensando que quería saltar a la cancha. Vino el gol de Burru, el final, la locura y la gente se empezó a mandar, así que apenas pude salté a la fosa que separaba la tribuna de la cancha. Corrí y empecé piruetas y a mover una peluca de Argentina que había conseguido.

Mi único objetivo era poder reconocerme en los videos y poder decirle a mi familia “¡mirá ese que salta ahí soy yo!”.

De repente me veo en medio de los festejos y me pongo a correr atrás de Diego, que ya tenía la Copa entre sus manos. En un momento alguien levanta a Pedro Pasculli, quien estaba al lado. Diego se frenó, se dio vuelta y me miró como diciendo “dale, levantame”.

No sé cómo me agaché, pero él se subió a mis hombros. Yo no veía nada, sólo fotógrafos a mi alrededor y mientras Diego me manejaba con las piernas.

En un momento lo miro a Diego ahí arriba y le empiezo a decir: “Diego, regalame un botín, una media, algo!”, a lo que Diego me respondió “No puedo maestro, ¡tengo todo prometido!”.

Increíble tener esa charla en esa situación. Al final no pude tener nada, pero me llevé el recuerdo de mi vida al dar casi media vuelta olímpica con él ahí arriba.

Si yo pudiera le diría por última vez: “Yo te levanté y vos me llevaste a la eternidad”. Gracias Diego.

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