Video: El timpanismo en bovinos ¿Qué es y cómo se trata?

El timpanismo, también conocido como meteorismo, es un trastorno digestivo en el ganado que se caracteriza por la acumulación de gas en el rumen, lo que resulta en una distensión del mismo.
Existen diversos sistemas para tratar el meteorismo, pero es más beneficioso utilizar estrategias de manejo para reducir su incidencia.

¿Cómo se manifiesta el meteorismo en bovinos?

Este se presenta a través de la dispersión (hinchazón) del flanco izquierdo del vientre, que es donde se ubica el rumen. La intensidad o grado puede variar, desde una leve o moderada distensión con poco efecto sobre la performance animal, pasando por una marcada distensión del flanco izquierdo y leve del derecho, hasta cuadros muy severos, con ambos flancos muy distendidos.

En casos peligrosos se puede producir la muerte del animal por fallas circulatorias y asfixia debido a la presión que ejerce el rumen sobre el diafragma, evitando la normal respiración y ocasionando que finalmente el corazón deje de funcionar.

Los síntomas pueden observarse muy rápidamente, a los pocos minutos de iniciado el pastoreo. Frecuentemente el animal empastado deja de comer y se muestra molesto y angustiado. Si el proceso se acentúa, se hincha el rumen, el animal orina y defeca frecuentemente hasta que se acuesta, esto acelera aún más el proceso y aumenta el riesgo de muerte.

La influencia del grano en el timpanismo

Una de las formas de prevenir el timpanismo es a través de la elección del tipo de grano en la dieta del ganado. Los granos de cereales difieren en su tasa de degradabilidad ruminal, lo que afecta la digestión y la producción de gases en el rumen.

La cebada y el trigo son altamente digeribles, mientras que el maíz y el sorgo tienen una tasa de digestión más lenta. La matriz proteica que rodea los gránulos de almidón de sorgo y maíz es la responsable primaria de la diferente digestión ruminal observada entre los cereales.

Se ha observado que el timpanismo ocurre con mayor frecuencia en los animales que consumen dietas con alto contenido de grano de trigo, lo que también aumenta la incidencia de acidosis en el ganado de corral. Además, se ha encontrado que la variedad de trigo o cebada utilizada también puede influir en la frecuencia de timpanismo en el corral. Sin embargo, estas observaciones son difíciles de aplicar en la práctica de la alimentación en el corral, ya que los granos utilizados suelen ser una mezcla de distintas variedades.

Otra forma de prevenir el timpanismo es a través del procesamiento del grano, el cual puede aumentar la tasa de degradabilidad ruminal y la extensión de la digestión ruminal del almidón. El tamaño de partícula del grano y el grado de gelatinización del almidón también afectan la tasa de digestión del almidón en el rumen.

Los granos pueden ser molidos, quebrados, tratados con vapor, calor seco y aplastados para romper o reventar el pericarpio y proveer así de las vías de acceso para que los microorganismos alcancen rápidamente los ricos componentes del endosperma.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que a medida que las partículas se hacen más pequeñas, se expone más almidón a la digestión por las enzimas microbianas, lo que puede llevar a un descenso del pH ruminal y a un incremento de la viscosidad del líquido ruminal. Por lo tanto, es importante equilibrar el procesamiento del grano para evitar un exceso de fermentación y acidosis.

Utilización de forrajes

El incremento de forrajes en la dieta de animales rumiantes tiene múltiples beneficios en su salud y producción. Al aumentar la proporción de forrajes, se reduce la tasa de fermentación en el rumen, lo que ayuda a mejorar la digestión y a evitar trastornos digestivos.

Además, la inclusión de forrajes estimula la secreción de saliva y aumenta el pH ruminal, lo que a su vez ayuda a prevenir la incidencia de timpanismo en el corral. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el aumento del nivel de forraje en dietas a base de maíz o sorgo a niveles cercanos al 20% puede deprimir el consumo debido a una menor digestibilidad de la dieta. Por otro lado, la inclusión de forrajes en dietas que contengan una importante cantidad de cebada y/o trigo puede mejorar la producción animal al reducir trastornos digestivos. Es importante tener en cuenta la composición de la dieta para poder elegir el nivel de forrajes adecuado y lograr un balance óptimo entre digestibilidad, salud y producción animal.

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