Recuperan filmación de barrio judío en Polonia un año antes del Holocausto

  • “El hecho de que una cámara los grabase es una prueba de que estas personas existieron de verdad”, advierte la narradora, la actriz británica Helena Bonham Carter

Tres minutos: una exploración (Three Minutes – A Lengthening) es un documental realizado con tres minutos de película bajo la dirección de Bianca Stigter, la voz de Helena Bonham Carter (narradora) y producida por Steve Mcqueen.

David Kurtz (que filmó estos tres minutos en el año 1938 en Polonia) nunca imaginó que serían las únicas imágenes que quedarían de las personas de Nasielsk, antes del Holocausto. El documental recorrió varios festivales donde obtuvo premios y nominaciones. Como Atlántida Mallorca film festival, Sección Memoria Histórica del International Cinephile Society, Sección Oficial y el Cleveland International Film, Nuevos Directores. Desde el 23 de diciembre de 2022 se puede ver en Filmin.

“Me reconocí de inmediato. Nadie tenía cámaras así. Era como una novedad, un evento mágico”, asegura en el avance del documental el anciano que es hoy uno de aquellos niños.
La filmación, en la que aparentemente no pasa nada, recrea un día como cualquier otro en ese pueblo polaco; son los inenarrables acontecimientos posteriores los que llenan de sentido y de emoción esos breves instantes. Las sonrisas de los niños, su diversión inocente y sencilla frente a la cámara, son un contraste brutal con lo que desde el presente el que los observa sabe de su triste historia y horrendo destino.
La película casera está editada de forma imaginativa para crear un documental de más de una hora de duración. Su autor, emigrante en Estados Unidos, grabó con una novedosa Cine Kodak Magazine de 16 mm lo que eran unas vacaciones en familia por toda Europa y por las tierras de sus antepasados.
Lo que no podía imaginar en ese entonces el adinerado burgués es que las imágenes intrascendentes de las calles bulliciosas y sorprendidas por la presencia de una cámara no profesional estaban a punto de convertirse en un pueblo fantasma. Meses después, los protagonistas accidentales de ese simple y pretendidamente inocente recuerdo familiar serían deportados a Treblinka.
El documental en cuestión, que se empezó a gestar en 2014, hace pie en la investigación de Glenn Kurtz, nieto del autor de la filmación, y que lleva por título “Three Minutes in Poland: Discovering a Lost World in a 1938 Family Film”.
Tras un meticuloso trabajo forense de investigación, la directora pudo dar con uno de los sobrevivientes que se ven en esas imágenes: el señor Chandler.
“Recuerdo que cuando le enseñé la película su reacción fue de alivio, pero sin emoción de ningún tipo. ‘Ahora ya puedo decir que no soy de Marte’ me dijo. Le pesaba el no poder mostrar nada ni tener a nadie de su infancia. La película, de algún modo, le devolvió su niñez”, remarcó Stigter.
“El Holocausto en su más trivial definición fue sólo un intento de borrar a toda la población judía de Europa. La película recupera algo que no fue borrado. Se trata de algo mínimo, quizá pueril, pero en su modestia, en su ordinariez si se quiere, acaba por ser extraordinario. De alguna forma, es una victoria pequeña, pero importante, contra la barbarie”, concluyó la directora.
Fuentes: cinemagavia e Infobae

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