Lluvias y estrés: una combinación que derrumba la productividad en México

La temporada de lluvias en México no solo deja calles inundadas y tráfico lento, también ha comenzado a cobrar una factura silenciosa: una caída significativa en la productividad laboral y en la salud emocional de millones de trabajadores.

Un informe del Banco Mundial reveló que las lluvias intensas provocan una disminución del 16% en el rendimiento productivo de las empresas mexicanas, a causa del ausentismo, retrasos en el transporte, apagones y, sobre todo, un aumento en el estrés y la ansiedad. La afectación no es menor: el 68% de los trabajadores en el país admiten sentirse desmotivados o con menos energía para trabajar cuando llueve.

Especialistas advierten que la combinación de un estilo de vida sedentario, tráfico excesivo y condiciones climáticas adversas afecta directamente el estado de ánimo. Datos del Inegi indican que más de seis de cada diez mexicanos no realizan actividad física suficiente, lo que los vuelve más propensos a la irritabilidad, el cansancio y la baja productividad. Además, el ambiente nublado y húmedo intensifica los problemas para dormir, lo que genera agotamiento, enfermedades respiratorias frecuentes y mayor propensión al ausentismo.

Las mujeres son particularmente vulnerables a este fenómeno, ya que además de su empleo formal, suelen encargarse de las tareas del hogar y del cuidado familiar. El estrés acumulado por traslados más largos, inundaciones y falta de tiempo personal hace que su carga emocional sea más pesada durante la temporada de lluvias.

Expertos en salud laboral señalan que muchas personas no identifican que estos síntomas —agotamiento, irritabilidad constante, insomnio o enfermedades frecuentes— están relacionados con los cambios climáticos. Tampoco suelen pedir apoyo por temor a ser etiquetados como flojos. Por ello, es esencial que las empresas fomenten una comunicación abierta, donde los empleados puedan expresar cómo se sienten sin temor a represalias.

El impacto no se limita a la salud individual. El Foro Económico Mundial estima que la falta de sueño y la disminución del rendimiento asociada a cambios climáticos como las lluvias representan pérdidas equivalentes al 3% del PIB. En el caso de México, esto podría significar hasta 159 mil millones de pesos al año.

Las lluvias seguirán siendo parte del panorama, pero el reto está en cómo adaptarnos para no dejar que un cielo gris también apague nuestro bienestar y productividad.

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