El cacao gana terreno al café en Colombia por el cambio climático y los precios internacionales
En Colombia, el cambio climático está transformando la agricultura. Los cafetales, símbolo nacional por excelencia, están perdiendo terreno frente al cacao, cultivo tradicionalmente relegado a zonas bajas, pero que ahora prospera en regiones de altitud media donde antes dominaba el café. El aumento de temperaturas, el ascenso de plagas y la variación en los precios internacionales han llevado a que miles de pequeños agricultores reconsideren sus estrategias productivas.
Cambio climático y transición agrícola
Hasta hace poco, cultivar cacao a 1200 o 1500 metros sobre el nivel del mar parecía una locura. Hoy, esa altitud es cada vez más apta para este cultivo amazónico, gracias al calentamiento global. Agricultores del Eje Cafetero, región que incluye Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, han comenzado a reemplazar los cafetales por cacaotales. En zonas donde el café solía prosperar, ahora se siembra cacao de manera creciente.
Claudia Giraldo, productora en Risaralda, cuenta que su finca sustituyó el 95 % del café por cacao por ser más fácil de manejar. Esta transformación va más allá de una adaptación temporal: es un cambio estructural en la agricultura colombiana.
Las zonas cafetaleras han perdido alrededor de 100 mil hectáreas en la última década, mientras que la producción de cacao ha aumentado de forma sostenida, alcanzando un récord de 73 mil toneladas en 2024. A medida que el café debe subir a mayores altitudes para escapar del calor, el cacao encuentra su oportunidad en tierras intermedias.
Este cultivo ha demostrado ser más resistente ante las amenazas climáticas. Su sistema radicular profundo le permite tolerar sequías, y enfrenta menos plagas que el café. En cambio, los cafetales sufren más enfermedades como la roya (Hemileia vastatrix) y el gorgojo del café (Hypothenemus hampei), que prosperan con las temperaturas actuales.
Un cultivo con ventajas ambientales y económicas
Además de su resistencia natural, el cacao requiere menos agroquímicos y se adapta mejor a sistemas agroforestales, lo que lo convierte en una opción más sustentable. Las plantaciones suelen incluir árboles frutales y maderables que enriquecen el suelo, fomentan la biodiversidad y conservan la humedad. Su polinización depende de la diminuta mosca Forcipomyia, lo cual limita el uso de fumigación y promueve prácticas como la poda manual para el control de plagas y enfermedades.
No todo es sencillo. Plagas como la hormiga cortadora de hojas (Atta cephalotes) y enfermedades fúngicas como la monilia también afectan al cacao. Sin embargo, la FEDECACAO ha promovido el monitoreo constante y el uso de injertos con híbridos más resistentes y productivos, como los FEAR 5 y San Vicente 41, propagados sobre raíces caucasia 37 o 39.
El auge del cacao también se explica por el mercado. En 2024, su precio alcanzó los 12 900 dólares por tonelada, un incremento del 180 % respecto al año anterior, motivado por la caída de la producción en África occidental. En contraste, el café colombiano también alcanzó precios altos, pero de manera excepcional, debido a la sequía en Brasil y factores políticos.
Para muchos campesinos colombianos, los costos de producción del café se han vuelto insostenibles. Este cultivo exige más mano de obra y productos químicos. Las vainas de cacao, en cambio, pueden permanecer en el árbol por semanas sin comprometer la calidad, lo que permite mayor flexibilidad en la cosecha, sobre todo en zonas con escasez de trabajadores.
El caso de Euperfadis Cardenas Vargas, dueño de la finca Villa María en Risaralda, es ejemplo de esta transición. Planea reducir su producción de aguacate —que requiere muchos insumos químicos— y aumentar gradualmente su área de cacao, por considerarlo más rentable y menos dependiente de agroquímicos.
Colombia exportó cerca de 200 millones de dólares en cacao en 2024, principalmente de variedades finas o de aroma, que representan solo el 5 % del cacao mundial. Este avance ha fortalecido la posición del país como proveedor de cacao de alta calidad, atrayendo cada vez más productores a esta alternativa.
Aunque el café sigue siendo el cultivo insignia de Colombia, el cacao se perfila como un nuevo pilar agrícola, más adaptado al clima, más amigable con el ambiente y cada vez más rentable. La agricultura colombiana está cambiando, y con ella, el futuro del campo latinoamericano.