Descubre el imponente árbol endémico de México que alcanza 45 metros y tarda tres décadas en fructificar

La biodiversidad mexicana se distingue por su riqueza regional, y en el sur del país destaca una especie arbórea singular. Este coloso de la naturaleza no solo sorprende por su altura, sino también porque requiere hasta 30 años para producir sus frutos, los cuales son valorados por las comunidades locales por sus propiedades curativas.

Identidad científica y nombres comunes

Conocido científicamente como Enterolobium cyclocarpum, este árbol pertenece al orden Fabales y a la familia de las leguminosas (Fabaceae). Popularmente, recibe nombres como guanacasteorejón o parota, debido a la forma peculiar de sus ramas extendidas y sus hojas bipinnadas.

Según registros de iNaturalist MX y Parotas, es nativo de las regiones tropicales de América y se adapta a climas cálidos y templados. En México, su distribución abarca las costas del Golfo y del Pacífico, como mencionamos anteriormente.

El «pich»: un gigante yucateco

En la Península de Yucatán, este árbol es llamado pich, término maya que alude a sus frutos con forma de orejas grandes. Su imponente presencia lo hace inconfundible: alcanza entre 29 y 39 metros de altura, aunque algunos ejemplares superan los 45 metros. Con un tronco de hasta 4 metros de diámetro y una copa amplia, proporciona sombra extensa en los espacios donde crece.

Entre marzo y mayo, despliega pequeñas flores agrupadas en cabezuelas, según detalla el sitio Renacimiento Maya del gobierno de Yucatán.

Un fruto de paciencia y tradición

El pich produce un fruto circular de unos 9 centímetros, de tono café rojizo. Según el experto Ricardo Muñoz Zurita, sus semillas pueden almacenarse secas hasta por tres meses. No obstante, lo más llamativo es el tiempo que tarda en dar frutos: ¡30 años!

Este fruto es apreciado en la herbolaria yucateca por sus usos medicinales, consolidándose como un recurso natural para aliviar diversos padecimientos. Su lento desarrollo lo convierte en un símbolo de resiliencia y herencia cultural.

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