EL LADO OSCURO DE LOS CAFÉS DE NUTRIAS: TRÁFICO ILEGAL, ADN Y LA CRUEL PARADOJA DE LOS «LIKES»

Un reciente estudio genético ha revelado una conexión alarmante entre las nutrias que protagonizan videos virales en cafés japoneses y focos de caza furtiva en Tailandia. Investigadores analizaron el ADN de 81 nutrias de zoológicos y cafeterías de animales, comparándolo con poblaciones silvestres de Malasia, Singapur y Tailandia. Los resultados mostraron que la mayoría coincidían genéticamente con dos zonas de Tailandia conocidas por el tráfico ilegal de vida silvestre. «No podemos confirmar que todas llegaron por comercio ilícito, pero su ADN coincide con áreas donde este crimen es rampante», explicó Mayako Fujihara, coautora del estudio, en declaraciones a The Guardian.

Aunque el comercio internacional de nutrias de garras pequeñas (Aonyx cinereus) está prohibido desde 2019 bajo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), la demanda no ha cesado. Estas nutrias, clasificadas como vulnerables a la extinción, son vitales para los ecosistemas asiáticos, donde controlan plagas y mantienen el equilibrio de humedales. Sin embargo, su popularidad en redes sociales —impulsada por videos tiernos en cafés— ha exacerbado su explotación. Un informe de la ONG Traffic y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) detectó más de 500 anuncios de venta de esta especie solo entre enero y abril de 2017, y se estima que el mercado negro ha crecido desde entonces.

El precio oculto del entretenimiento

Los conservacionistas advierten que el mascotismo y la exposición constante en cafeterías generan graves consecuencias para estos animales: estrés crónico, obesidad por dietas inadecuadas y comportamientos agresivos debido al confinamiento. Fujihara hace un llamado a la reflexión: «La gente visita estos lugares por amor a los animales, pero sin saberlo, podrían estar financiando redes ilegales». La paradoja es clara: cada like o visita normaliza una industria que, tras bambalinas, podría estar vinculada al tráfico de especies.

Mientras las nutrias silvestres desaparecen por la destrucción de su hábitat y la caza furtiva, su imagen «adorable» enjaulada sigue generando ganancias. Expertos urgen a regular estos establecimientos y educar al público: «No son mascotas, ni juguetes. Son seres salvajes cuyo lugar está en la naturaleza, no en una taza de café», concluye Fujihara. La próxima vez que un video de nutrias aparezca en tu feed, recuerda: detrás de esa sonrisa fotogénica podría esconderse una historia de crueldad y crimen.

Compartir
No Comments

Leave A Comment