IA al rescate: aprende inglés y otros idiomas practicando, no memorizando

La idea surgió lejos de Silicon Valley. En 2018, durante un viaje a Seúl, Connor Zwick descubrió que edificios enteros estaban dedicados a la enseñanza del inglés. Anuncios en taxis y espectaculares repetían el mismo mensaje: aprender otro idioma era casi una obligación social. Para el fundador de Speak, aquello reveló algo clave: el verdadero mercado para su aplicación no estaba en Estados Unidos, sino en países donde hablar inglés define oportunidades laborales y movilidad social.

Ese contexto también dejó al descubierto un problema. Muchas clases seguían modelos rígidos, enfocados en memorizar reglas gramaticales y vocabulario, con poco espacio para hablar. El miedo a equivocarse y la falta de profesores realmente fluidos hacían que el proceso fuera lento y poco efectivo. Speak nació como respuesta a esa limitación: un tutor de inteligencia artificial que permite practicar conversación sin presión ni juicios.

La aplicación funciona a partir de diálogos simulados por voz. El usuario puede ensayar situaciones cotidianas como pedir comida, pedir indicaciones o sostener una charla informal. El énfasis está en hablar en voz alta, corregir la pronunciación y ganar confianza. La plataforma se apoya en modelos avanzados de IA para adaptar las lecciones según el desempeño de cada persona, algo que hasta hace pocos años era técnicamente inviable. Además del inglés, ofrece contenidos en coreano, español, japonés, francés e italiano.

Hoy, la app suma alrededor de 15 millones de descargas y genera más de 100 millones de dólares en ingresos anuales, principalmente a través de suscripciones. Los usuarios pueden empezar gratis y luego pagar por planes más completos. En paralelo, la empresa ha comenzado a crecer en el sector corporativo, con compañías que ofrecen el servicio a sus empleados, sobre todo en Asia.

El siguiente paso es Estados Unidos, un mercado donde la competencia es feroz y donde Duolingo domina tanto en usuarios como en ingresos. A diferencia de ese modelo, Speak insiste en que su fortaleza no está en los ejercicios cortos o la gamificación, sino en la práctica conversacional intensiva. Sus creadores aseguran que las personas hablan varias veces más dentro de su app que en otras plataformas similares.

Para México, este enfoque abre preguntas interesantes. En un país donde el dominio del inglés sigue siendo una barrera para millones de jóvenes y trabajadores, las herramientas basadas en IA podrían reducir costos y ampliar el acceso al aprendizaje. Al mismo tiempo, plantean un debate de fondo: qué se gana y qué se pierde cuando la tecnología intenta ocupar el lugar del docente humano.

Speak creció con inversión de grandes fondos y con una apuesta temprana por la inteligencia artificial, cuando todavía no era un tema dominante. Hoy, conforme los modelos mejoran, también lo hace la promesa de un aprendizaje más personalizado y práctico. Falta ver si estas plataformas logran integrarse a contextos educativos diversos como el mexicano y si realmente pueden complementar, o transformar, la manera en que las personas se apropian de otro idioma.

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