Archivos explosivos: la sombra de Epstein alcanza de nuevo a Andrew Mountbatten-Windsor
La difusión de miles de páginas con correos y mensajes del patrimonio de Jeffrey Epstein volvió a sacudir la política estadounidense y reavivó un escándalo que parecía tener un cierre: el del expríncipe Andrés, hoy Andrew Mountbatten-Windsor. Los documentos no solo exhiben la cercanía que mantuvo con el financista más allá de lo que él aseguró durante años, sino que además refuerzan la autenticidad de la famosa fotografía en la que aparece junto a Virginia Giuffre cuando ella tenía 17 años.
Aunque Andrés afirmó haber roto todo contacto con Epstein a finales de 2010, los emails muestran intercambios todavía en marzo de 2011. Ante preguntas del Mail on Sunday sobre su relación con Giuffre, el exmiembro de la realeza escribió tanto a Epstein como a Ghislaine Maxwell diciendo que ya no podía soportar la presión. En otros mensajes pidió que cualquier declaración pública subrayara que él no estaba involucrado y que desconocía por completo las acusaciones.
Los documentos también incluyen correos en los que Epstein intenta desacreditar a Giuffre, a quien el diario británico colocó en el centro del escándalo tras la difusión de la fotografía tomada en un departamento de Maxwell en Nueva York. En ese retrato, Andrés aparece sujetando a la joven por la cintura mientras Maxwell se ve al fondo. El propio Epstein escribió que ella había viajado en su avión y que sí existía esa imagen, contradiciendo la versión del ex príncipe, que en una entrevista en 2019 insinuó que la foto podría haber sido manipulada.
El impacto para la familia real británica
La publicación de estas comunicaciones se suma a lo revelado en las memorias póstumas de Giuffre, donde afirmó que fue obligada a tener encuentros sexuales con Andrés en tres ocasiones: en la casa de Maxwell en Londres, en una propiedad de Epstein en Manhattan y en la isla privada del financista en el Caribe. Aunque Andrés niega todo, las revelaciones complican aún más su situación y reviven un caso que la monarquía británica había intentado dejar atrás.
En octubre, el rey Carlos III decidió retirarle el título de príncipe, el último que conservaba, y le pidió abandonar la residencia que ocupaba dentro del patrimonio real. Ahora deberá firmar como Andrew Mountbatten-Windsor y mudarse a una propiedad asignada por su hermano.
Los nuevos correos, divulgados por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, apuntan a que Epstein seguía muy pendiente del tema y buscaba influir en la cobertura mediática. Entre los intercambios figura un mensaje en el que sugiere enviar reporteros a investigar a Giuffre, convencido de que eso sería bien recibido por Buckingham. También acusó al Daily Mail de haberle pagado para obtener información.
La cascada de documentos vuelve a colocar a Andrés en el centro de la polémica. Para muchos observadores, la coincidencia entre distintos testimonios y la propia correspondencia del círculo de Epstein deja poco margen a su defensa, mientras la presión para que declare ante la justicia estadounidense aumenta. En un clima global donde las figuras públicas ya no pueden confiar en la opacidad del pasado, estos correos reabren un caso que parecía destinado al silencio, y muestran cuánto pesa todavía la red de poder que rodeó a Epstein.
