Tensión en la COP30: pueblos amazónicos reclaman voz y voto ante Lula da Silva
Líderes de distintos pueblos originarios de la Amazonia denunciaron su falta de representación en la COP30, la cumbre climática que se celebra en Belém, Brasil. Durante el encuentro, que busca definir estrategias globales ante la crisis ambiental, los reclamos por una participación real de las comunidades indígenas escalaron en tensión.
El martes por la noche, decenas de representantes y activistas irrumpieron en el recinto de la conferencia para exigir que sus demandas fueran escuchadas. La policía desalojó a los manifestantes, lo que generó críticas por el manejo del operativo. El cacique Raoni Metuktire, símbolo de la defensa de la selva, advirtió que pedirá reunirse personalmente con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva: “Si es necesario, le tiraré de la oreja para que me escuche”, dijo con ironía.
Aunque el gobierno de Lula ha impulsado políticas a favor de los pueblos originarios —como la homologación de 16 territorios, la reducción de la deforestación y la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas encabezado por Sonia Guajajara—, líderes como Raoni y Dona Neves Arara Vermelha insisten en que esos avances son insuficientes. Rechazan especialmente los proyectos de exploración petrolera en la desembocadura del Amazonas y la construcción del Ferrogrão, una vía férrea que afectaría ecosistemas clave.
Guajajara defendió los esfuerzos oficiales y destacó que la COP30 “busca ser la más inclusiva de la historia” en términos de participación indígena. A través del programa Ciclo COParente, se realizaron durante siete meses reuniones con casi dos mil representantes de 80 comunidades para incorporar sus perspectivas a la agenda climática. Sin embargo, los líderes indígenas sostienen que esas consultas no se reflejan en las negociaciones formales de la cumbre. “Deberíamos estar sentados allá, en la zona azul, con los líderes del mundo, y no aquí, afuera”, expresó la joven Auricélia Arapiun.
El malestar se extendió más allá del recinto. Greenpeace informó que unas cinco mil personas participaron en una manifestación fluvial con 200 embarcaciones en el delta del Amazonas, exigiendo el fin de las “falsas soluciones climáticas”. “Esta debe ser la COP de la acción, por el clima, por los bosques y por las personas”, declaró Carolina Pasquali, directora de la organización en Brasil.
Los pueblos indígenas reclaman ser reconocidos como actores centrales en la lucha contra el cambio climático. Argumentan que sus conocimientos ancestrales y su manejo del territorio son esenciales para frenar la destrucción de la selva. “La respuesta somos nosotros”, afirmó la líder Luene Karipuna.
La COP30 continuará en Belém hasta el 21 de noviembre, mientras las voces amazónicas insisten en algo que trasciende la cumbre: ser escuchadas antes de que la selva deje de tener quien la defienda.
