Sheinbaum anuncia revisión a hoteleros y alcalde de Tulum por restricciones en playas
La presidenta Claudia Sheinbaum informó este jueves que su gobierno ya analiza posibles ilegalidades de hoteleros y del alcalde de Tulum, Diego Castañón, tras limitar el acceso de los visitantes a playas públicas. Aunque el alcalde permitió la entrada, estableció restricciones: no se pueden llevar alimentos, bebidas o sombrillas y se debe consumir en negocios privados.
“Le pedí a la secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, que atienda el tema de Tulum”, dijo Sheinbaum en conferencia de prensa. La mandataria señaló que impedir el acceso a las playas es ilegal y añadió que también se revisa el parque del Jaguar, que protege la zona arqueológica pero reduce el espacio para bañistas. La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, también participa en la atención del asunto junto con la Secretaría de Turismo.
Castañón anunció que las playas estarán abiertas sin costo, pero con las mencionadas restricciones, buscando incentivar el consumo en negocios locales. Sin embargo, videos recientes muestran playas y comercios vacíos, lo que refleja una desaceleración del turismo. Comerciantes atribuyen la baja actividad a los altos precios, la inseguridad y la pérdida de turismo nacional frente al internacional.
Los datos oficiales del Sistema de Información Turística de Quintana Roo indican que la ocupación hotelera en Tulum ha disminuido: del 62.6% a fines de julio, cayó a 49.2% entre el 27 de septiembre y el 3 de octubre. La estacionalidad puede explicar parte del descenso, pero medios y redes sociales señalan que los altos costos y prácticas discriminatorias hacia turistas nacionales agravan la situación.
Se reportan precios elevados en hospedaje y alimentos, como refrescos a 200 pesos, botellas de agua a 250 y tres tacos de cochinita por 700 pesos. La polémica se volvió viral en redes, donde usuarios denuncian barreras de consumo mínimo para sillas, mesas o sombrillas, afectando tanto a turistas nacionales como extranjeros.
Medios nacionales y locales describen a Tulum como un destino en crisis, con negocios cerrados y trabajadores que buscan oportunidades fuera del municipio, generando preocupación por el impacto económico y la accesibilidad a las playas públicas.