Ferrari vive su peor jornada en la bolsa: la caída que hizo temblar a Maranello

Las acciones de Ferrari sufrieron un desplome histórico este jueves tras presentar previsiones que decepcionaron al mercado. En un solo día, el valor del fabricante italiano de autos de lujo perdió casi un 15% en Wall Street y más del 14% en Milán, su peor caída desde que la marca debutó en ambas bolsas hace casi una década.

El golpe llegó después de que la compañía, durante su Capital Markets Day, redujera sus expectativas de ganancias a largo plazo. Ferrari estimó ingresos de 7,100 millones de euros para este año, apenas por encima de los 7,000 millones que había anticipado, y proyectó unos 9,000 millones en 2030, con ganancias ajustadas de al menos 3,600 millones. Cifras que, aunque positivas, quedaron muy por debajo de lo que los analistas esperaban de una marca acostumbrada a crecer a toda velocidad.

Tom Narayan, de RBC Capital, consideró que la proyección a 2030 es demasiado conservadora y advirtió que los inversionistas interpretaron el mensaje como una reducción más severa de lo previsto. Desde Citi, las estimaciones tampoco convencieron: incluso las previsiones más prudentes fueron superadas por la cautela del fabricante. CFRA, una firma de análisis con sede en Nueva York, bajó su recomendación de las acciones a “venta” y recortó su precio objetivo de 475 a 350 dólares, argumentando que el crecimiento de Ferrari podría estar entrando en una fase de desaceleración.

Benedetto Vigna, director ejecutivo de la compañía, trató de calmar las aguas. “Se esperaba un aumento más fuerte de los ingresos, pero prefiero cumplir lo que decimos. No podemos comprometernos con algo que no podamos lograr”, declaró, defendiendo la nueva hoja de ruta como un reflejo de realismo, no de debilidad.

El revés bursátil se da justo cuando Ferrari ajusta su estrategia eléctrica. La firma italiana anunció que su línea de modelos se compondrá de un 40% de autos con motor de combustión interna, un 40% híbridos y solo un 20% totalmente eléctricos, reduciendo así su ambición inicial. El primer auto eléctrico de la casa, el Elettrica, llegará recién a fines de 2026. El cambio se alinea con decisiones similares de otros fabricantes como Volvo, que también frenó sus planes de electrificación total.

Pese al nerviosismo del mercado, algunos analistas mantienen la fe en la marca del Cavallino Rampante. Desde JPMorgan sostienen que la demanda sigue superando ampliamente la oferta y que Ferrari tiene margen para cumplir sus metas a largo plazo. Deutsche Bank incluso mejoró su recomendación a “compra” y elevó su precio objetivo a 520 euros, señalando que la compañía aún cuenta con un público fiel y un modelo de exclusividad difícil de replicar.

La caída de Ferrari refleja más que un tropiezo financiero: evidencia las tensiones que enfrenta la industria del lujo en su transición hacia la movilidad eléctrica. El desafío para Maranello será mantener su esencia —la emoción y el sonido del motor— en una era que apuesta por el silencio y la eficiencia.

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