Conservadores planean un “show patriota” para competir con Bad Bunny en el Super Bowl
La decisión de la NFL de elegir a Bad Bunny como protagonista del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX encendió una nueva batalla cultural en Estados Unidos. Mientras millones esperan verlo cantar frente al mundo desde el Levi’s Stadium de Santa Clara el próximo 8 de febrero, un sector conservador decidió montar su propio espectáculo paralelo: el “All American Halftime Show”.
La iniciativa viene de Turning Point USA, organización fundada por el activista Charlie Kirk, un férreo aliado del expresidente Donald Trump. En su cuenta de Instagram, el grupo anunció que el evento celebrará “la fe, la familia y la libertad”. No hay sede confirmada ni artistas anunciados, pero el mensaje fue claro: su intención es ofrecer un “medio tiempo alternativo” que refleje los valores del conservadurismo estadounidense frente a lo que consideran un “mensaje progresista” representado por el cantante puertorriqueño.
El anuncio incluyó una encuesta para que el público propusiera los géneros musicales del show. Entre las opciones figuran pop, rock clásico, country o “cualquier cosa en inglés”. Nada de reguetón, trap ni español.
El contexto político no tardó en cruzarse con el entretenimiento. Desde que se reveló que Bad Bunny encabezaría el espectáculo, figuras del movimiento MAGA (“Make America Great Again”) mostraron su rechazo. Trump calificó la decisión de la NFL como “absolutamente ridícula” y aseguró que no sabía quién era el artista. “No sé por qué lo hacen, es una locura”, dijo en una entrevista con la cadena Newsmax.
Bad Bunny, por su parte, no ha respondido directamente, pero su historial habla por él. Ha sido uno de los músicos latinos más críticos con las políticas migratorias de Trump. Durante su gira anterior, evitó presentarse en Estados Unidos argumentando que quería proteger a sus fans de posibles redadas del ICE. En su paso por el programa Saturday Night Live lanzó una broma que ahora parece anticipar esta polémica: “Aprendan español para entender mi show”.
La tensión entre el artista y el entorno político conservador creció con los años. En temas, declaraciones y videos, el cantante puertorriqueño ha usado su voz para hablar de discriminación y migración, temas que irritan al núcleo duro del trumpismo. Que hoy sea él quien encabece el show más visto del planeta parece, para algunos, una provocación.
Turning Point USA busca ahora capitalizar ese descontento. El evento que planean promete ser “una celebración de los valores tradicionales”, aunque hasta el momento no se sabe si contará con artistas de renombre ni si se transmitirá en vivo. Su campaña en redes sugiere que el público deberá “apagar el Super Bowl” para poder verlo.
El Super Bowl, sin embargo, nunca ha sido solo un juego. Es un espejo de la cultura estadounidense: sus tensiones, sus contradicciones y sus íconos. Que un artista latino domine ese escenario, y que una parte del país reaccione con un espectáculo “alternativo”, dice tanto del fútbol americano como del momento que vive Estados Unidos.