Los arquitectos de las moléculas: tres científicos ganan el Nobel de Química por crear materiales que podrían cambiar el planeta
El Premio Nobel de Química 2025 fue otorgado a tres investigadores que transformaron la manera en que la ciencia concibe la materia: Susumu Kitagawa, de Japón; Richard Robson, del Reino Unido; y Omar M. Yaghi, nacido en Jordania y nacionalizado estadounidense. La Real Academia Sueca de Ciencias los distinguió por el desarrollo de los llamados “marcos metal-orgánicos” (MOF, por sus siglas en inglés), una familia de materiales capaces de capturar dióxido de carbono, purificar agua, almacenar hidrógeno y hasta recolectar humedad del aire en el desierto.
El anuncio, realizado en Estocolmo, reconoció un avance que combina elegancia molecular y aplicación práctica. Según el comité, los galardonados “han creado nuevas salas para la química”, un modo poético de describir cómo sus estructuras porosas permiten que las moléculas entren y salgan libremente, abriendo caminos para usos que hace apenas tres décadas parecían imposibles.
Del laboratorio al futuro verde
Todo comenzó en 1989, cuando Richard Robson logró unir iones metálicos con moléculas orgánicas en una red cristalina. Aquellos primeros experimentos mostraron que era posible construir estructuras tridimensionales con espacios internos semejantes a esponjas moleculares. Sin embargo, eran inestables y se desmoronaban fácilmente.
En los años noventa, el japonés Susumu Kitagawa descubrió que los gases podían penetrar esas estructuras y que podían hacerse flexibles. Poco después, Omar M. Yaghi, desde Estados Unidos, perfeccionó el concepto hasta darle estabilidad y bautizó formalmente a estos materiales como “metal-organic frameworks”. El resultado fue un nuevo campo de la química con aplicaciones que van desde el almacenamiento de energía limpia hasta la industria farmacéutica.
Hoy se han creado decenas de miles de variantes de estos materiales, cada una con una función distinta. Algunos MOF son capaces de atrapar contaminantes persistentes como los PFAS, otros pueden encapsular enzimas para degradar residuos de medicamentos, e incluso existen versiones que retardan la maduración de frutas al absorber el gas etileno. La diversidad es tal que los científicos ya los comparan con los polímeros, piedra angular de la química del siglo XX.
Tres trayectorias que cruzan fronteras
El reconocimiento también destaca la dimensión internacional de la ciencia contemporánea. Kitagawa, nacido en Kioto en 1951, es profesor de la Universidad de Kyoto y pionero en el estudio de materiales porosos. Robson, originario de Glusburn, Reino Unido, y profesor en la Universidad de Melbourne, fue el primero en visualizar el potencial arquitectónico de las redes moleculares. Yaghi, nacido en Amán en 1965 y profesor en la Universidad de California, Berkeley, representa el espíritu global de la investigación moderna: un científico árabe que revolucionó la química desde Estados Unidos.
El presidente del Comité Nobel de Química, Heiner Linke, subrayó que “los marcos metal-orgánicos ofrecen posibilidades sin precedentes para diseñar materiales a la medida de los desafíos del siglo XXI”. No es exagerado: en un planeta que enfrenta la crisis climática y la contaminación, los MOF prometen soluciones concretas para capturar CO₂, obtener agua en zonas áridas y almacenar energía limpia.