Paquete Económico 2026: Sheinbaum le pone sello social y borra deducciones al Fobaproa

Este lunes por la noche llegará al Senado el Paquete Económico 2026, la propuesta con la que el gobierno de Claudia Sheinbaum busca definir ingresos y gastos del próximo año. El documento, que incluye la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación, no plantea una reforma fiscal profunda, pero sí ajustes que marcan la visión social de la administración.

Entre las medidas más comentadas está la eliminación de la deducción de impuestos al IPAB, institución que heredó las funciones del viejo y polémico Fobaproa. Ese mecanismo, creado en los años noventa para rescatar a la banca, aún genera encono entre la población, pues convirtió deudas privadas en compromisos públicos. Para el oficialismo, cerrar la puerta a este beneficio fiscal es un gesto simbólico: acabar con un privilegio que por décadas representó el costo social de salvar banqueros con dinero ciudadano.

IEPS más caro para refrescos y comida chatarra

Aunque no hay reforma fiscal en puerta, sí se prevé un aumento en el IEPS aplicado a refrescos, bebidas azucaradas y productos con alto contenido calórico. El argumento oficial es sencillo: desincentivar el consumo de lo que enferma a la población y, de paso, recaudar más.

Las industrias de alimentos y bebidas ya levantaron la voz, advirtiendo que la medida podría traducirse en precios más altos para el consumidor final. El dilema es evidente: ¿realmente bajará el consumo de estos productos o simplemente se encarecerá la canasta de las familias mexicanas?

Próximos debates en el Congreso

En las siguientes semanas, el Paquete será turnado a comisiones para su discusión y eventual aprobación. Ahí se abrirá el pulso político: mientras el gobierno defiende su sello social, opositores y empresarios cuestionan los impactos económicos.

Más allá de tecnicismos legislativos, el Paquete Económico 2026 es un mensaje: Sheinbaum no se toca con el pasado bancario y quiere dejar claro que sus prioridades son salud, gasto social y una redistribución más visible del ingreso público. Lo que falta ver es si el bolsillo ciudadano sentirá alivio real… o solo más impuestos en la tiendita de la esquina.

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