Gasolina con precio “amarrado”: seis meses más sin rebasar los 24 pesos

Alivio para los bolsillos mexicanos: la gasolina regular no subirá de 24 pesos por litro, al menos durante los próximos seis meses. El gobierno federal y los empresarios gasolineros renovaron la Estrategia Nacional para Estabilizar el Precio de la Gasolina, esa especie de “candado” que impide que el combustible se dispare como globo en feria.

La Secretaría de Energía informó que, gracias al acuerdo inicial firmado en marzo de 2025, el precio promedio nacional de la Magna se redujo a 23.54 pesos por litro. Con esta prórroga, la meta es mantener la calma en hogares, negocios y transportistas que ya habían hecho cuentas pensando en un aumento.

¿Cómo lo logran?

El pacto es voluntario, pero no improvisado: la Sener, Profeco, Pemex y otras dependencias han sostenido más de 80 reuniones con distribuidores, importadores y gasolineros para vigilar que nadie “se pase de listo” con los controles volumétricos. Eso sí, en la frontera los precios suelen ser más bajos gracias a los estímulos fiscales, así que ahí los conductores incluso respiran más tranquilos.

Durante la renovación en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum agradeció al sector gasolinero por sumarse a la causa: “Es un esfuerzo para cuidar el bolsillo de la gente y dar estabilidad”, aseguró. Dicho en corto: que la gasolina no se convierta en un nuevo dolor de cabeza para la economía.

¿Qué significa para ti?

Más allá de los discursos, lo concreto es que llenar el tanque seguirá costando prácticamente lo mismo que en los últimos meses. No es un milagro, pero sí una especie de “pausa” en la escalada de precios que suele encender las alarmas cada vez que alguien dice la palabra gasolina.

Para el gobierno, la medida ayuda a contener la inflación y a dar certeza en tiempos complicados. Para los automovilistas, significa que al menos por ahora no habrá que dejar medio sueldo en la gasolinera. Y para los que usan transporte público, la esperanza es que esta estabilidad evite aumentos en las tarifas.

El acuerdo confirma que, cuando se quiere, gasolineros y gobierno pueden remar en la misma dirección. Y aunque nadie puede prometer que el precio se quede quieto para siempre, por lo pronto el tanque seguirá llenándose sin que tu cartera grite tanto como el motor cuando prende en frío.

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