Legionarios de Cristo admiten culpas por los abusos de Marcial Maciel y piden perdón a las víctimas

Durante décadas, Marcial Maciel fue presentado como un líder ejemplar en la Iglesia católica y como el fundador de los Legionarios de Cristo. Construyó escuelas, recaudó apoyos y proyectó la imagen de un sacerdote visionario. Sin embargo, detrás de esa fachada se ocultaba una vida marcada por abusos sexuales, engaños y complicidades que afectaron a decenas de menores desde los años cuarenta.

El reciente estreno del documental Marcial Maciel: El lobo de Dios reavivó el tema y obligó a la congregación a reaccionar públicamente. A través de un comunicado, los Legionarios de Cristo reconocieron la magnitud del daño, reiteraron su perdón a las víctimas y aceptaron su “ceguera y omisión” en un caso que ha dejado heridas profundas. La organización aseguró que aceptó participar en la serie como un gesto de responsabilidad y transparencia, aunque manifestó inconformidad por el uso de imágenes sin autorización.

Un mea culpa tardío
La congregación expresó solidaridad con las víctimas y reconoció errores históricos: la incapacidad inicial de creerles, el prolongado silencio institucional y los titubeos al informar a sus propios miembros. Aceptaron que esos fallos aumentaron el dolor y el desconcierto. También se retractaron de los juicios negativos emitidos en el pasado contra quienes denunciaron a Maciel y ahora valoran sus voces como proféticas en la búsqueda de verdad y justicia.

El comunicado recordó que desde 2006 el Vaticano sancionó a Maciel, apartado del ministerio sacerdotal pero nunca procesado penalmente. Asimismo, aceptaron que desde los años cincuenta hubo advertencias internas que no fueron atendidas, así como cartas y denuncias públicas de exmiembros a lo largo de varias décadas. En 2014, la propia congregación determinó que Maciel no podía ser considerado un modelo de santidad.

Un símbolo del abuso sistémico
El caso de Maciel refleja una red de silencios y complicidades que operó durante más de medio siglo. Se estima que abusó de al menos 60 menores, aunque investigaciones periodísticas hablan de más de 175 víctimas. La serie documental muestra cómo su figura se sostuvo gracias a alianzas con sectores influyentes del Vaticano, políticos y empresarios que le permitieron mantener su poder e influencia a nivel internacional.

Los Legionarios aseguran que desde hace 15 años trabajan en cambios internos, con protocolos de prevención, atención a víctimas y formación en abuso de poder. Sin embargo, el caso Maciel continúa siendo un símbolo global de cómo el silencio institucional puede proteger a un agresor y perpetuar el daño.

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