Viaje de 90 minutos para ver la Tierra desde el espacio
Virgin Galactic alista su nuevo avión espacial suborbital, clase Delta, que promete una experiencia que hasta hace poco parecía ciencia ficción: flotar en ingravidez y contemplar la curvatura de la Tierra. La nave llevará seis pasajeros y dos pilotos, con salidas desde Spaceport America, en Nuevo México, y planes de operar también en Italia.
Después de dejar atrás a la Unity en 2024, la compañía apostó todo por este modelo, que debutará en 2026. El primer vuelo será científico, pero ese mismo año comenzarán los viajes turísticos. Cada trayecto durará 90 minutos: despegue en el avión nodriza VMS Eve, separación a 15 mil metros, encendido del motor cohete y ascenso a más de 90 kilómetros. Allí los pasajeros podrán flotar, observar la Tierra a través de 17 ventanas y luego planear de regreso a la pista.
El avión incorpora innovaciones que le permitirán hasta ocho vuelos al mes, un salto enorme frente a Unity. Para cada pasajero habrá trajes espaciales diseñados a medida con Under Armour y un entrenamiento previo con simulaciones de ingravidez, chequeos médicos y sesiones con los pilotos.
Turismo espacial en disputa
Aunque el boleto aún no tiene precio oficial, se calcula que superará los 600 mil dólares. Aun así, más de 700 personas ya reservaron su lugar. Virgin quiere convertir lo que hoy es un sueño exclusivo en un servicio recurrente, con vuelos semanales y experiencias seguras.
La competencia es dura: Blue Origin apuesta por cápsulas verticales y SpaceX busca colonizar otros mundos. Virgin se centra en ofrecer a civiles una probada de lo que significa ser astronauta. Más allá del turismo, este programa también podría convertirse en plataforma científica y cultural, aunque todavía enfrenta retos de seguridad y rentabilidad.
Si todo marcha según lo previsto, en 2026 cualquiera con boleto en mano podrá vivir la experiencia de despegar hacia el borde del espacio y mirar la Tierra como nunca antes.