Adiós a los bancos: la Gen Z mexicana ya solo confía en apps
Para los jóvenes mexicanos, el banco ya no es una sucursal: es una app en el celular. Nueve de cada diez millennials y centennials dejaron atrás las filas, las firmas en papel y hasta las tarjetas físicas. Hoy mueven su dinero desde el teléfono, en plataformas que les permiten ahorrar, gastar y pedir un préstamo con un par de toques.
Un estudio de Galileo Financial Technologies confirma lo que muchos ya viven: más del 90% de los usuarios entre 18 y 30 años prefiere experiencias 100% digitales. No buscan ventanillas ni ejecutivos, sino inmediatez y control. De hecho, más de la mitad de las herramientas financieras que usan ya no vienen de bancos tradicionales, sino de fintechs y billeteras digitales que ofrecen rapidez, menos comisiones y acceso 24/7.
Entre sus favoritas están las cuentas de ahorro en dólares sin costo, las tarjetas de crédito virtuales y las billeteras que centralizan pagos. En cambio, los seguros y las criptos todavía no despegan tanto entre esta generación. Un detalle importante: las cuentas con depósito directo son las que más valor generan, pues impulsan hasta 50% más transacciones que las que no lo tienen.
Desconfianza en los bancos y nueva forma de manejar el dinero
El cambio no es solo por comodidad: también tiene que ver con seguridad. Según datos de YouGov, 42.9% de los millennials y 35% de la Gen Z en México prefiere repartir su dinero en distintas apps o instituciones, antes que dejarlo todo en un solo banco. Para ellos, diversificar es protegerse de posibles crisis y no depender de una sola entidad.
El reto ahora es para la banca tradicional, que sigue midiendo su éxito por cuántas cuentas abre, mientras las nuevas generaciones exigen experiencias personalizadas, plataformas que anticipen sus necesidades y, sobre todo, acceso inmediato a su dinero.
Lo que antes era un trámite tedioso en ventanilla, hoy es una notificación en el celular. Y esa transformación ya no es el futuro: es el presente de millones de jóvenes mexicanos que entienden el dinero de una manera distinta, sin efectivo y sin bancos como los conocíamos.