South Park provoca a Trump y desata enojo en la Casa Blanca con episodio satírico

El estreno de la temporada 27 de South Park generó una fuerte reacción por parte de la Casa Blanca, tras la emisión de un episodio en el que se retrata de forma grotesca y abiertamente sexual al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La serie animada, conocida por su estilo irreverente, vuelve a colocar a Trump como figura central de sus críticas, comparándolo con Sadam Husein y retomando el caso Jeffrey Epstein, todo mientras se burla del mandatario con un montaje generado por inteligencia artificial que lo muestra desnudo y arrastrándose por el desierto.

En la trama del capítulo titulado Sermon on the Mount, Trump aparece suplicándole a Satanás que se acueste con él, pero es rechazado por su «pene ridículamente pequeño», una escena que combina el humor escatológico característico de la serie con una crítica política directa. El episodio también incluye un montaje en video tipo deepfake del mandatario caminando completamente desnudo por un desierto, con comentarios sarcásticos del narrador. La representación del presidente no es animada como otros personajes, sino que utiliza imágenes reales del rostro de Trump sobre un cuerpo digital.

Tensión entre sátira y poder político

La reacción de la Casa Blanca fue inmediata. A través de un comunicado, la vocera Taylor Rogers descalificó la serie: “Este programa no ha sido relevante en más de 20 años y apenas se sostiene con ideas poco inspiradas en un intento desesperado por llamar la atención. El presidente Trump ha cumplido más promesas en solo seis meses que cualquier otro presidente en la historia de nuestro país, y ningún programa de cuarta categoría podrá frenar su buena racha”.

Además de burlarse de Trump, el episodio lanza una crítica a Paramount, compañía dueña de CBS, con la que los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, acaban de firmar un contrato de cinco años por 1,500 millones de dólares. El acuerdo contempla 50 nuevos episodios y derechos de transmisión en streaming. En la historia, los habitantes de South Park enfrentan una demanda del presidente por permitir que Jesús asista a una escuela primaria. Jesús les aconseja que lleguen a un acuerdo legal, recordándoles el caso de CBS y la reciente cancelación del programa de Stephen Colbert, lo cual también se interpreta como una concesión al poder de Trump.

Parker y Stone hablaron sobre la controversia en el marco de Comic-Con en San Diego. Al ser consultados sobre la reacción de la Casa Blanca, Parker respondió escuetamente: “Estamos terriblemente apenados”, seguido de un largo silencio cómico. Ambos explicaron que hubo discusiones con los productores sobre la representación explícita de los genitales del presidente. Parker insistió en que no se censuraran, mientras que Stone comentó que, como solución, decidieron ponerle ojos al pene para que fuera considerado un personaje y así evitar que fuera difuminado. “Fue una conversación de cuatro días entre adultos para decidir esto”, relató.

Política, sátira y negocios

La sátira de South Park no solo se centra en Trump. También critica el acuerdo extrajudicial de Paramount con el presidente por 16 millones de dólares para resolver una demanda relacionada con una entrevista de 60 Minutes a la exvicepresidenta Kamala Harris. El episodio parece sugerir que la empresa está cediendo a las presiones del gobierno, especialmente después de que CBS cancelara The Late Show with Stephen Colbert tras comentarios críticos hacia Trump.

La controversia surge justo cuando el regulador de telecomunicaciones de Estados Unidos aprobó la fusión de Paramount Global con Skydance, en una operación de 8,000 millones de dólares que transforma el panorama mediático estadounidense.

En México, donde también se han vivido tensiones entre el poder y la sátira en medios, esta situación recuerda el valor que tiene el humor político como espacio de crítica y libertad de expresión. South Park sigue desafiando los límites del entretenimiento y lo políticamente correcto, en un contexto donde los intereses políticos, mediáticos y económicos parecen entrelazarse más que nunca.

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