Fecundación in vitro en México: una esperanza para quienes enfrentan la infertilidad
En México, alrededor de 1.5 millones de personas enfrentan dificultades para concebir, según estimaciones de la Comisión Nacional de Población. Esta condición, considerada un problema de salud pública, afecta no solo la salud individual, sino también el bienestar emocional y social de muchas parejas. Ante este panorama, la fecundación in vitro (FIV) se ha consolidado como una de las opciones más eficaces para quienes buscan formar una familia.
Desde 1978, año en que nació la primera bebé mediante este procedimiento, más de 10 millones de personas han llegado al mundo gracias a esta técnica, de acuerdo con la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología. En México, entre 3 mil y 4 mil nacimientos al año se logran por medio de FIV, lo que refleja su creciente adopción en la última década.
El procedimiento consiste en la unión del óvulo con el espermatozoide en un ambiente controlado, fuera del cuerpo de la mujer. Este embrión, una vez fecundado, se transfiere al útero con la esperanza de que logre implantarse y dar lugar a un embarazo. Antes de esto, la paciente debe someterse a estudios médicos y a una extracción ovárica, mientras su pareja aporta una muestra espermática. El proceso es complejo, requiere intervención quirúrgica y tecnología especializada, por lo que su costo promedio oscila entre los 150 mil pesos, lo que lo vuelve poco accesible para muchos sectores de la población.
La diferencia entre este método y la inseminación artificial es considerable. En la inseminación, los espermatozoides se introducen directamente en el útero mediante una cánula, sin pasar por el laboratorio ni implicar la fecundación externa. Es un procedimiento menos invasivo y menos costoso, pero también con menor tasa de éxito en ciertos casos.
¿Quiénes recurren a la fecundación in vitro?
En entrevista, Jacqueline Cordero, directora del Laboratorio de Fecundación In Vitro del Instituto Ingenes en la Ciudad de México, explicó que cuatro de cada diez mujeres que enfrentan infertilidad entre los 30 y 50 años recurren a este procedimiento. Según datos de la institución, el 75% de quienes se someten a FIV son parejas heterosexuales, el 14% mujeres solteras y el 11% parejas del mismo sexo, estas últimas generalmente a través de la gestación subrogada.
Las personas que acuden a clínicas especializadas suelen pertenecer a niveles socioeconómicos medio alto y alto, debido al costo que implica no solo el procedimiento, sino también las consultas previas, estudios hormonales, medicamentos y seguimiento médico. A pesar de ello, cada vez más clínicas han comenzado a ofrecer planes de financiamiento o programas con descuentos para ampliar el acceso.
La especialista Claudia Castillo, directora médica de Ingenes, señala que aún persiste el estigma de atribuir la infertilidad exclusivamente a las mujeres, cuando en realidad las causas pueden estar relacionadas tanto con ellas como con sus parejas. Además, apenas el 63% de las mujeres con problemas de fertilidad recibe atención médica, lo que subraya la necesidad de mayor difusión y sensibilización sobre el tema.
A nivel global, cerca de 48.5 millones de parejas entre los 20 y 44 años enfrentan algún tipo de dificultad para concebir. De ellas, 19.2 millones no han logrado su primer embarazo, mientras que 29.3 millones no han podido repetir la experiencia. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía estima que el 15% de las parejas en edad reproductiva tiene algún problema de fertilidad.
La tasa de natalidad en el país también ha mostrado una tendencia descendente. Durante 2023, se registraron un millón 820 mil 888 nacimientos, lo que equivale a 52.2 por cada mil mujeres, una disminución de 2.3 puntos respecto al año anterior, de acuerdo con el INEGI. Este contexto resalta la importancia de ofrecer alternativas viables y accesibles para quienes desean ser madres o padres.
Cada 25 de julio se conmemora el Día Mundial de la Fecundación In Vitro, una fecha que busca visibilizar no solo los avances científicos detrás de esta técnica, sino también las historias de quienes, pese a las dificultades, han logrado formar una familia gracias a la medicina reproductiva. Para muchas personas en México, la FIV representa algo más que un procedimiento médico: es una posibilidad concreta de cumplir un sueño largamente esperado.
