Elon Musk desafía a Trump con el Partido América y cosecha aliados incómodos para el bipartidismo
La guerra entre millonarios toma forma política: Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, anunció el sábado la creación del Partido América, un proyecto con el que promete “devolver la libertad” al pueblo estadounidense y “romper el sistema unipartidista” que, según él, gobierna bajo la falsa dicotomía de demócratas y republicanos.
Aunque en apariencia se trata de un intento solitario, el empresario más rico del planeta no está solo. Distintas fuerzas marginales del espectro político estadounidense, usualmente ignoradas por el establishment, han comenzado a cerrar filas en torno a su figura.
Aliados inesperados en un frente anti-Trump
Andrew Yang, exprecandidato presidencial demócrata y fundador del partido Forward —una agrupación que promueve una tercera vía—, declaró que ya está en contacto con Musk. “Cualquiera que quiera desafiar al duopolio tiene un amigo en mí”, afirmó Yang, dejando clara su disposición a colaborar en la construcción de candidaturas alternativas de cara a las elecciones intermedias de 2026.
Según el líder de Forward, el equipo de Musk “está en modo de aprendizaje”, pero no descarta ayudarlos a identificar distritos clave donde enfrentar directamente a políticos tradicionales. Su partido, aunque pequeño, ya cuenta con 46 funcionarios electos.
A este impulso se suma también el Partido Libertario, que ha iniciado una campaña en X —la red social propiedad del propio Musk— para atraerlo hacia su causa. “Quizás haya espacio para una coalición entre libertarios y el Partido América”, declaró su presidente Steven Nekhaila, quien acusó a los republicanos de traicionar los principios del gobierno pequeño y el conservadurismo fiscal.
Incluso No Labels, la organización centrista que tanteó la posibilidad de postular a un candidato presidencial independiente en 2024, ha manifestado interés en unirse a la coalición legislativa que Musk busca formar en el Congreso.
Un partido contra Trump y contra el sistema
La ruptura entre Trump y Musk tiene un detonante: la aprobación, el viernes, de la llamada “One Big Beautiful Bill Act”, una megainiciativa fiscal impulsada por el expresidente que Musk ha calificado de “destructiva” para la economía. El magnate considera que esa ley incrementará peligrosamente la deuda nacional y costará millones de empleos.
La respuesta de Trump no se hizo esperar. Desde su bunker político tachó el proyecto de Musk como “ridículo” y defendió el modelo bipartidista: “Siempre ha sido un sistema de dos partidos. El Partido Republicano tiene grandes éxitos; los demócratas, en cambio, han perdido el rumbo”.
Lo cierto es que el surgimiento del Partido América refleja el profundo malestar de sectores del capital con el viejo orden político. Y aunque los intereses que mueven a Musk distan de ser emancipadores, su desafío al status quo podría agitar las aguas de una democracia estadounidense atrapada en una falsa alternancia.
